Editorial

El puente como una fea postal de la capital penquista

No hay dudas de que es importante esclarecer qué falta para concluir las obras, qué es lo que se debe hacer para que este puente pueda entrar en servicio. Lo mismo con otras iniciativas de la cartera regional de proyectos que nunca existieron más que en los anuncios en ruedas de prensa.

Por: Editorial Diario Concepción 14 de Marzo 2021
Fotografía: Carolina Echague

El extenso historial de recalendarización para la entrega definitiva del Puente Bicentenario/Chacabuco sigue incorporando novedades. Y todas van en la misma dirección: la dilación del plazo de entrega definitiva de la estructura.

El primer pilote del puente fue colocado el 28 de octubre de 2010, en presencia de un amplio despliegue periodístico y de autoridades de Gobierno. Desde entonces, una seguidilla de desaciertos, dificultades e interrupciones ha mantenido la obra en un permanente estado de retraso. Desde la revelación de que la construcción del viaducto implicaba romper la principal matriz de agua potable de la ciudad hasta la situación actual, en que un terreno en toma — en litigio con el Estado — impide el despeje del terreno para avance de las obras.

Más de 10 años después del inicio de su construcción, el puente todavía no tiene conexión con la avenida Chacabuco. La estructura permite cruzar el río y conectarse a la avenida Costanera, pero si el objetivo es acceder al centro de Concepción, entonces obligatoriamente debemos hacer uso de la avenida Esmeralda, que conecta con avenida Víctor Lamas, y que no fue diseñada para recibir el tráfico que llega desde San Pedro de la Paz.

Hace poco más de un año las autoridades de Gobierno comunicaron que el puente estaría conectado a Chacabuco en marzo de 2020. El plazo se pospuso otra vez y la última información al respecto es que debería estar operativo en 2023, según el MOP.

No hay dudas de que es importante esclarecer qué falta para concluir las obras, qué es lo que se debe hacer para que este puente pueda entrar en servicio. Lo mismo con otras iniciativas de la cartera regional de proyectos que nunca existieron más que en los anuncios en ruedas de prensa. El Puente Industrial, la Plataforma Logística, la reconstrucción del Mercado Central de la capital regional, solo por recordar algunos ejemplos.

En agosto del año pasado se hizo el anuncio de un millonario plan de reactivación económica para Biobío. Los planes consideraban la creación de miles de puestos de trabajo en obras como la Ruta de Nahuelbuta, los puentes Duqueco e Industrial, Ruta Pie de Monte, Puente Ferrocarril, un Centro Logístico, entre otras. Poco o nada se sabe del estado de avance de esta cartera de proyectos. Hay un largo camino entre idear proyectos y ejecutarlos. La imagen del puente inconcluso — como una antiestética postal penquista — es un recordatorio permanente de ello.

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