Recordada es la contienda municipal de 2016 en Biobío, en particular, por lo reñida que fue en algunas comunas como Tomé, Talcahuano y, sobre todo, Hualpén y San Pedro de la Paz. De hecho, en las últimas dos los porcentajes de votación del ganador y quienes lo siguieron, fueron casi idénticos. En el vecino territorio del puerto, por ejemplo, la actual alcaldesa Katherine Torres, superó el 30% de la votación, pero también lo hicieron Gabriel Torres (ex RN) y Miguel Rivera. En la ribera sur del Biobío, el jefe comunal en ejercicio, Audito Retamal, superó a su más cercano contendor, el exconcejal, Javier Guíñez, por solo 295 sufragios.

Es probable que el diputado del Distrito 20, Félix González (PEV), haya tenido a la vista alguno de estos casos, para proponer la realización de una segunda vuelta en la elección de alcaldes, iniciativa que ya genera reacciones, pues dependiendo del debate legislativo (que siempre es bastante extenso, hay que decirlo), se propone que esté operativa en los comicios del 11 de abril.

Ayer, en la comisión de Gobierno Interior de la Cámara, la moción tuvo un primer apronte, pero la de González no fue la única propuesta. Otra iniciativa de similares características fue presentada por los diputados de Frente Amplio Giorgio Jackson, Pablo Vidal, Miguel Crispi, Jorge Brito, Maite Orsini y Catalina Pérez.

Por lo anterior, y con el objetivo que ambas iniciativas se fusionen en un solo proyecto, la discusión se pospuso. No obstante, hay algunas certezas. Para que la idea pueda llegar a buen puerto, necesita el patrocinio del Ejecutivo, que ya habría manifestado sus diferencias.

El hecho llama la atención, sobre todo en tiempos que la ciudadanía no solo clama por más transparencia e igualdad de oportunidades, sino también mayor participación en definiciones que le afectan. Por lo demás, tanto la elección presidencial como el futuro comicio de gobernadores regionales cuenta y contará con balotaje. Entonces, ¿existe algún argumento que explique por qué un referéndum de similares características no puede contar con el mismo grado de legitimidad? Al parecer no.

Lo curioso es que son los mismos representantes políticos los que después critican la poca representatividad de las autoridades electas como ya ocurrió con las últimas dos presidenciales. Que nuestras autoridades gocen de mayor adhesión es una fortaleza, no sólo para ellas, sino también para la democracia.