Este 2021 será un año de elecciones, y como tal, un año de cambios. Habrá efectivamente cambios en algunas municipalidades, en el Consejo Regional, en la Cámara de Diputados, en el Senado, y en la Presidencia de la República. También habrá cambios en la forma de administrar los territorios con la elección de gobernadores regionales, las nuevas figuras de los delegados presidenciales regionales y provinciales, y la correspondiente desaparición de los cargos de intendentes y gobernadores provinciales.
En ese contexto, este 2021 igual será un año de cambios obligados, porque la redacción de una nueva Constitución no fue fruto de la unión espontánea de voluntades políticas entre los distintos sectores que han administrado el país desde el retorno de la democracia. El término de la carta fundamental herencia de la dictadura militar que aún nos rige, fue consecuencia del descontento masivo de los chilenos que se expresó en las calles el último trimestre del 2019.
El descontento hizo posible, además, la aprobación de una de las leyes más resistidas por mundo político partidista, la que limita la reelección de las autoridades. Es por ella, que muchos jefes comunales, diputados y senadores en ejercicio tendrán que dar un paso al costado. Ninguno realizó una reflexión profunda respecto a su forma de vida, intentando cambiar el curso de lo realizado en los últimos 12 o 16 años. Efectivamente, este 2021 habrá cambios y muchos serán obligados.
Como sea, los cambios de una u otra forma generan riesgos, lo que pueden ser previstos. Muchos de las modificaciones que se pudieran concretar el año en curso, pueden ser muy buenos también, y ello dependerá de una ciudadanía informada.
No se trata de coartar las legítimas aspiraciones de quienes militan en algún partido, o quienes por años han hecho carrera en política o en el servicio público, como suelen decir muchos candidatos y/o candidatas. Se trata de manifestar abiertamente que es la ciudadanía, la misma que criticó un sistema que no le acomoda, la responsable de hacer que esos cambios se produzcan y de la mejor forma posible, conociendo a cabalidad a quién o quiénes entregará su apoyo. A menos de una semana que las cartas a la Convención Constitucional puedan escribir sus candidaturas ante el Servel, es una buena oportunidad de recordar aquello.