Con fe en la ciencia

El CDU fortalece la importancia de las universidades y centros de investigación en los grandes desafíos, especialmente en aquellos que más demandan los conocimientos científicos.

En reciente declaración a Diario Concepción, una trabajadora de la salud fue enfática: “Si los casos de Covid-19 siguieran creciendo al ritmo de marzo, lo único que podríamos hacer sería rezar”.

Para muchas personas, rezar puede ser importante en los momentos difíciles. Es reconfortante y trae esperanza para los que profesan una fe religiosa. Entrega aliento y una perspectiva de futuro ante una enfermedad que genera gran temor por su capacidad de cobrar vidas.

Pero, frente a los inmensos avances científicos que ha logrado la Humanidad, las oraciones no pueden ser la única alternativa para los profesionales de la salud frente a la pandemia. A través de la ciencia hemos aprendido que la mejor forma de evitar el contagio es el distanciamiento físico entre personas. Esa certeza se ha traducido en todas las medidas de prevención y control, desde el aislamiento voluntario a las cuarentenas obligatorias, como también las prácticas y rutinas sanitarias para el día a día. Una persona con fiebre alta puede dedicar tiempo a realizar plegarias, pero lo más probable es que le vaya mejor si decide tomarse un fármaco con acción antipirética o antitérmica.

Podemos utilizar modelos matemáticos para proyectar la posible expansión de la pandemia en un territorio determinado. Pero los resultados serán más certeros y útiles para enfrentar el coronavirus si realizamos más pruebas de PCR para detección de personas contagiadas. En esa línea, cobran relevancia iniciativas como el Centro de Diagnóstico Universitario de la Región del Bío Bío, organismo de colaboración desarrollado por las universidades de Concepción y Católica de la Santísima Concepción. Este esfuerzo interuniversitario permitirá aportar entre 100 a 150 exámenes diarios al sistema de salud.

La iniciativa fortalece la importancia de las universidades y centros de investigación en los grandes desafíos, especialmente en aquellos que más demandan los conocimientos científicos. Hace muchos años que Chile viene desarrollando importantes centros de investigación y, en esta situación de crisis sanitaria, esta capacidad converge para entregar diagnósticos, como también para la búsqueda de soluciones a largo plazo para la Covid-19.