Los bancos, y el sistema financiero en general, vienen acumulando utilidades que los dejan, en este período de crisis, en condiciones de asumir riesgos para apoyar al país.
Son muy bienvenidos los planes de estímulo económico anunciados por el gobierno de Sebastián Piñera. El 19 de marzo fue lanzado un paquete fiscal que involucró alrededor de US$11.750 millones. Ayer, el Mandatario entregó detalles de los nuevos incentivos, que incluyen líneas de financiamiento para las empresas, con garantías del Estado, y aportes a los grupos más vulnerables y trabajadores sin contratos. El plan contempla la creación de un fondo de emergencia de US$2.300 millones para ir en ayuda de trabajadores informales. En Bío Bío, los consejeros regionales aprobaron destinar $7.500 millones para combatir la propagación de la pandemia y minimizar los impactos en la Región. Todas estas medidas, más que necesarias.
Ahora, es necesario que la banca chilena trabaje en conjunto para mitigar los efectos de una crisis sanitaria que tendrá innegables coletazos en la economía. De hecho, el sistema financiero fue beneficiado por las medidas de apoyo entregadas por el Banco Central. Entre las más importantes, el BC rebajó dos veces la Tasa de Política Monetaria (TPM), que en la práctica se traduce en dinero más barato para los bancos.
Es cierto que la banca ha enviado señales. Por ejemplo, la reprogramación de créditos de consumo, de tarjetas y de hipotecarios. Reprogramar, sin embargo, no significa la condonación de las deudas, sino que diluir el pago en un período más dilatado. Algunos bancos anunciaron el otorgamiento de créditos de financiamiento de libre disponibilidad de hasta 36 cuotas y tres meses de gracia. El problema es el costo del crédito: no se ha registrado el recorte de la TPM en las tasas ofrecidas a personas y empresas. Tan importante como la flexibilización de los pagos es el costo del dinero entregado por la banca a sus clientes.
Los bancos, y el sistema financiero en general, vienen acumulando utilidades que los dejan, en este período de crisis, en condiciones de asumir riesgos para apoyar al país. Solo en 2019 fueron más de 3.400 millones de dólares en ganancias. Un total de 9,3 millones de dólares cada día, los 365 días del año.
No es razonable que se entregue a la banca créditos a bajo costo, y que ésta ofrezca préstamos a mayores tasas por temor al incumplimiento financiero por parte de los tomadores de créditos. Los excesos de la banca agudizan el deterioro económico del país.