Imperativo que el país no puede darse el lujo de eludir
08 de Febrero 2020 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Al contrario de la zona norte del país, en el sur hay recursos hídricos en abundancia. Lo que escasea es la buena gestión de las cuencas hidrográficas, la distribución adecuada del recurso y de los derechos de uso.
En las últimas semanas, cuando el país se vio nuevamente afectado por incendios que han devastado a grandes extensiones de territorios, se hizo sentir otra vez la vital importancia de un recurso clave para Chile: el agua. El 2019 fue, según las autoridades, el peor año de la última década en materia de sequía, a tal punto que estuvo en debate un posible racionamiento del agua potable en el país.
Por fortuna, no fue necesaria una medida tan extrema. De hecho, el consumo en casa corresponde a sólo el 6% del uso total del agua, versus el 9% del uso de la minería, 12% el uso de la industria y el 73% al sector silvoagropecuario. Una familia de 4 personas consume al mes, en promedio, entre 18 mil y 22 mil litros de agua potable, equivalentes entre 150 y 180 litros por persona al día. En contraste, en la agricultura, se emplean 2 litros por segundo de agua para regar cada hectárea, equivalentes a 172.800 litros al día. Lo equivalente al consumo de 1.152 personas diarias. Una hora de un grifo abierto puede ser el equivalente al consumo promedio de un mes de una familia de 4 personas.
A todas luces, racionar el consumo de agua potable, en zonas como la Región del Bío Bío, no sería una política con demasiada eficiencia, sino más bien una medida cuestionable. En cambio, la gestión de los recursos hídricos sí podría convertirse en un real aporte en los territorios con sequía y escasez. En distintas latitudes del mundo se utilizan fórmulas probadas, como el tratamiento del agua salina para hacerla potable, además, trabajan con aguas grises y servidas para usarlas en riego o convertirlas en potable. Japón entrega un ejemplo respecto a la reutilización de aguas grises tratadas: del 100% de agua potable consumida, un 80% se va directamente al alcantarillado y jardín.
En Bío Bío, el debate sobre el agua no está necesariamente vinculado a escasez o sequía. Al contrario de la zona norte del país, en el sur hay recursos hídricos en abundancia. Lo que escasea es la buena gestión de las cuencas hidrográficas, la distribución adecuada y eficiente del recurso y de los derechos de uso.
El cambio climático es una realidad, un camino sin retorno. En los últimos años ha comenzado a mostrar, con más fuerza, sus diversos efectos sobre el planeta. En especial, el aumento del nivel del mar, la aparición de tormentas en lugares en que antes no eran habituales y las fuertes sequías. Gestionar sus recursos hídricos es un imperativo que el país no puede darse el lujo de eludir.