Un año que empezó como todos los otros, pero que cierra con el quiebre de una multitud de paradigmas, rotos los conductos considerados establecidos y rutinarios, y abiertos otros canales que dan la posibilidad de pensar en un país diferente y mejor.
En la presente edición, nuestro medio ejecuta un ejercicio retrospectivo de lo ocurrido en este año que cierra sus últimas páginas. Un año que empezó como todos los otros, pero que cierra con el quiebre de una multitud de paradigmas, rotos los conductos considerados establecidos y rutinarios, y abiertos otros canales que dan la posibilidad de pensar en un país diferente y mejor.
El año se inició con otras novedades del puente Chacabuco, con problemas de conexión al no considerar la existencia de la población Aurora de Chile que obligó a asumir costos de reingeniería que no terminan de concluir. La Universidad de Concepción parte con buenas noticias con un liderazgo en postulaciones, de más de 45.000 estudiantes.
Febrero fue infelizmente marcado por un incendio de grandes proporciones que afectó a más de 10.000 hectáreas. En compensación, ese mes mostró la menor tasa de desocupación de nuestra región en 10 años, con buenas cifras en los indicadores económicos. En el tradicionalmente complejo mes de marzo, se obtiene éxito pleno en la organización y desarrollo de REC Rock en Concepción, con casi 200.000 espectadores. En contraparte, una nueva frustración en el reiterado intento de reconstrucción del Mercado Central de la ciudad y, un signo que resultó ser premonitorio, el cierre de Sauré, un negocio penquista más que centenario.
Abril, como su nombre lo indica, abre una nueva y poderosa idea para el desarrollo de la conectividad regional: el proyecto de Metro, junto con numerosos otros proyectos de infraestructura; el mes de mayo, particularmente relevante para la Universidad de Concepción, al cumplir esta casa de estudios su primer centenario, mientras el desarrollo del Campeonato Mundial de Rally hizo que el mundo pusiera los ojos en esta parte del territorio nacional.
La segunda cuenta pública del Ejecutivo, en junio, anunció para la región importantes iniciativas, como la ampliación del aeropuerto Carriel Sur y nuevos hospitales para Coronel y Lota, El hecho más noticioso de julio fue el eclipse solar total, como lo fue para la Región la ópera Madama Butterfly, producida conjuntamente y con éxito rotundo por la Corporación Cultural Universidad de Concepción y el Teatro Regional del Biobío.
La celebración de Fiestas Patrias no permitió anticipar la explosión social que ocurre en nuestro país el mes de octubre. Un punto de inflexión en la historia de Chile, fecha en la cual hay un despertar multitudinario de la ciudadanía y se pone irreversiblemente sobre la mesa la diversidad de problemas sociales que han hecho de nuestro país uno de los más desiguales del mundo, el quiebre de un modelo que ha resultado en insoportables asimetrías en la sociedad chilena.
En el mes de noviembre, se consigue el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución. Se abre así la posibilidad concreta de una nueva Constitución, elaborada de cara a la ciudadanía, con participación plena y transparente, la herramienta para avanzar en la solución de los problemas que han angustiado y segregado a los chilenos y chilenas por décadas, la búsqueda por los caminos de la democracia del auténtico bien común.
Este último mes, el Senado despachó la reforma que habilita la realización del plebiscito de abril y su respectivo proceso constituyente. Se materializa, de esta manera, un camino durante el cual se espera seguir avanzando en los temas que la voz de la ciudadanía ha expuesto en la calle y que debería definir el futuro de las próximas generaciones de chilenos y chilenas.