Puede ser un lugar común aquel de asociar las crisis con las oportunidades, pero hay circunstancias en las cuales esta posibilidad debe ser contemplada de antemano, para no dar paso a la improvisación, o a la confusión entre velocidad de respuesta y la calidad de esta última.
Puede ser un lugar común aquel de asociar las crisis con las oportunidades, pero hay circunstancias en las cuales esta posibilidad debe ser contemplada de antemano, para no dar paso a la improvisación, o a la confusión entre velocidad de respuesta y la calidad de esta última, reparar daños con rapidez, de cualquier modo, es una cosa y bien otra repararlos de tal manera que la ciudad quede mejor que como estaba, tomando en consideración las falencias que facilitaron su deterioro.
Las primeras reacciones de las autoridades edilicias dan señales de una dinámica en esa dirección, identificando, en primer lugar a los ciudadanos, los residentes y las personas para las cuales existe la ciudad, que es reflejo de quienes viven y trabajan en ella, resulta entonces positivo que se haya lanzado una iniciativa de fondos concursables para Micro y pequeñas empresas de Concepción, que permita impulsar el reemprendimiento de los micro y pequeños comerciantes del centro de Concepción, fuertemente afectados por actos vandálicos reiterados en las últimas semanas que ha obligado a algunos a realizar inversiones importantes para lograr seguridad y a otros a paralizar sus actividades.
Aunque desde el año 2014 está vigente en nuestro país la ley N°20.720, de Reorganización y Liquidación de activos de Empresas y Personas, que permite a las personas y empresas que se encuentran en crisis financiera salir de su situación de endeudamiento y reemprender, a través de herramientas legales para que puedan ponerse nuevamente de pie y, al mismo tiempo, revitalizar una de las principales actividades económicas, esta iniciativa, aunque de montos relativamente menores, resulta más inmediata, al tratarse de recursos completamente municipales y parte del plan de reconstrucción de la ciudad.
Los costos de recuperar las pérdidas de la ciudad son muy altos, hasta la semana pasada superaban por mucho los $2.000 millones, para dejar esta situación en contexto, el seremi de Obras Públicas, afirmó que cada noche equipos municipales coordinados con los del MOP realizan tareas de limpieza para retirar escombros, que una la noche pueden llegar a cien toneladas, en su mayoría compuestos por adocretos y artefactos incendiarios.
Resulta evidente que el Plan Regulador deberá ser sometido a un nuevo análisis, es la oportunidad de retomar las iniciativas de consultas ciudadanas que se detuvieron con la movilización social y que habían tenido una muy buena recepción por las juntas de vecinos, ya que daba una oportunidad de hacer propuestas, que si bien no vinculantes, podían dar fuertes señales para la eventual toma de decisiones. Normar nuevamente la altura de edificios, la creación y preservación de áreas verdes y espacios públicos, la conectividad y el plan integrado de transporte, nada de aquello ha dejado de estar vigente, cada uno de esos problemas está a la espera de solución.
Nuestra ciudad ha sido destruida mucho más gravemente muchas veces, es parte de su historia desde el momento de su fundación y ha sido capaz de levantarse vigorosamente, pero falta crecer de otra manera, aprovechar la situación actual para crecer pensando en los derechos de las personas, en la integración de la ciudad, en la equidad de oportunidades para todos en el uso de sus servicios y recursos, transformarla en una ciudad a escala humana, hacerla una mejor ciudad.