Editorial

La larga espera por la protección de la clase media

Por definiciones ambiguas, en Chile casi todos se consideran parte de la clase media. En la encuesta de democracia y movilidad social de abril de este año, un 77% de las personas se autopercibe como perteneciente a esa categoría.

Por: Editorial Diario Concepción 28 de Mayo 2019
Fotografía: Archivo | Copesa.

Es un fenómeno universal de percepción, un orador carismático puede darnos  la impresión que se dirige a nosotros, que sus propuestas son adecuadas a nuestra propia idea de quienes somos o a qué pertenecemos. Por motivos parecidos, ante definiciones ambiguas, en Chile casi todos se consideran parte de la clase media. En la encuesta de democracia y movilidad social de abril de este año, un 77% de las personas se autopercibe como perteneciente a esa categoría.

Por otra parte, cuando se observa la últimas cifras disponibles en lo relacionado a este colectivo en términos económicos, se deduce que  si bien el aumento en los ingresos ha convertido a Chile en un país de clase media, la cual aumentó de 43,2% a 65,4% entre 2006 y 2017, todavía el 63,1% de las personas de este grupo tiene ingresos relativamente menores, perteneciendo a una clase media baja, o sea que solo el 2.3% de ese grupo de clase media podría describirse como no baja, o una suerte de clase media-media.

Los nuevos datos provienen del ampliamente publicado estudio “Hacia una definición y caracterización de la clase media en Chile”, realizado por investigadoras de Libertad y Desarrollo, sobre la base de la definición de este grupo utilizada por el Banco Mundial, aunque, teniendo en cuenta la medida de pobreza vigente en Chile, se ha propuesto una definición propia de clase media para el país, la cual corresponde a aquellos hogares cuyos ingresos totales se encuentran entre 1, 5 y 6 veces la línea de pobreza vigente.

Bajo esta definición, el ingreso total mensual de un hogar de clase media que se compone de cuatro personas estaría entre los $626.021 y $2.504.083 mensuales, con ese rango referencial el grupo que alcanza la mayor proporción dentro de la clase media es la “clase media baja”: el grupo de menores ingresos, un colectivo extraordinariamente vulnerable a cualquier gasto por sobre lo ordinario, que hace esfuerzos permanentes para poder enfrentar los imponderables cotidianos.

No está claro si es precisamente  a ese segmento o al superior de la clase media que igualmente tiene escaso margen de operaciones por carecer de la más de las veces de soporte social, a la que se refiere el Primer Mandatario al anunciar programa “Clase Media Protegida”, el cual  tiene el propósito de proteger a las familias de esta categoría, sin considerar su heterogeneidad,  que les permitiría acceder a beneficios para enfrentar eventos adversos en sus vidas mediante un conjunto de medidas de acompañamiento y apoyo, algunas ya conocidas, otras en proyecto, en materias de salud, delincuencia, educación, trabajo, vivienda y tercera edad.

Ante este anuncio es posible que exista una natural alza de expectativas, el cumplimiento de una promesa de la campaña que en parte pudo haber explicado su éxito:  hacer a la clase media chilena partícipe de la protección del Estado como complemento a su mantenido esfuerzo individual,  el plan de salud universal, la extensión de la gratuidad en la educación técnico profesional a los estudiantes pertenecientes al 70% de los hogares vulnerables, la exención del pago de IVA de viviendas para la Clase Media, un seguro y un subsidio para ayudar a las personas de tercera edad que dependen de otros, entre otras medidas. La ciudadanía espera que la letra chica no sea el modo de dejar todo más o menos como estaba, que la definición de clase media tenga la amplitud que ésta realmente tiene.

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