Editorial

La economía circular como respuesta al daño ambiental

Por supuesto que podemos seguir en trayectoria de colisión, negando hechos evidentes, pero esa realidad está aquí y no va a desaparecer porque rehusemos mirarla, la actividad económica del ser humano está destruyendo los ecosistemas.

Por: Editorial Diario Concepción 11 de Mayo 2019
Fotografía: Contexto.

No importa que se trate de la inevitable filtración, difícilmente el documento oficial será diferente, las conclusiones el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, del acrónimo en inglés Ipcc, son desalentadoras. Sin embargo, no se trata de algo sorprendente, sino la repetición de una realidad que hemos elegido desoír; la advertencia de que si no somos capaces de limitar el crecimiento de la temperatura media mundial a 1,5 grados, las consecuencias serán aún más desastrosas de lo que ya estamos experimentando; un 10% más de días con temperaturas extremas, un incremento del 50% del estrés hídrico, es decir, de demanda de más agua que la disponible, la desaparición del hielo en el ártico, la migración de 100 millones de personas y la desaparición de corales en los océanos, y cientos de otras especies.

Por supuesto que podemos seguir en trayectoria de colisión, negando hechos evidentes, como ha sido mayormente hasta aquí, pero esa realidad está aquí y no va a desaparecer porque rehusemos mirarla, la actividad económica del ser humano está destruyendo los ecosistemas.

La propuesta es obvia, cambiar el modelo de producción y consumo de energía, con el horizonte de un 100% de energías renovables para 2060, por otra parte, todas las formas depredadoras del ambiente que se han venido desarrollando tendrán que ser sometidas a una drástica revisión. Después de nosotros, el diluvio, es una sentencia anacrónica, el diluvio se ha hecho presente, en la forma de una cascada de acontecimientos negativos.

El concepto propuesto para romper esta dinámica de aniquilación del planeta ha sido descrito como economía circular, el que se interrelaciona con la sostenibilidad y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos tales como agua, energía y otros, se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos, considera entonces la intersección de aspectos ambientales, económicos y sociales.

En algunos países del primer mundo, se utiliza esta concepción como un un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza los flujos de materiales, energía y residuos con el objetivo de su uso eficiente, así, la gestión de los residuos puede ser generadora de empleos, al encargarse de su reutilización y convertirlos en materias primas, paradigma de un sistema de futuro sostenible.

Hay un observable, aunque lento, avance de las empresas para hacerse cargo de esta nueva exigencia ambiental, parcialmente regulada, es evidente que queda en ese ámbito casi todo por hacer, pero, por otra parte, también recae en cada ciudadano una fuerte responsabilidad, cada quien en su esfera de acción. Greenpeace Chile alertó sobre la gran cantidad de basura que generamos los chilenos, que asciende a 456 kilogramos al año por persona, lo que al país como el que más residuos por persona genera en Sudamérica. Para el director de esa entidad, hay una falta de políticas públicas de reciclaje, a lo que se suma a la falta de conciencia sobre la residuos que se acumulan.

El modelo propuesto de economía circular obedece a un cambio de paradigma que puede extrapolarse a diferentes escalas, la propia de políticas de Estado, hasta la decisiva, aunque menos visible, escala doméstica, en cualquier caso un compromiso que dista de ser ajeno y lejano.

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