El obligado Compromiso Región
06 de Abril 2019 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Al hacerse parte las universidades de la Región, se comprometen a colaborar en un cambio a la actual situación detectada por la última encuesta Casen, que reveló que en el Bío Bío un 12,3% de los habitantes viven en la precariedad y un 17,4% bajo pobreza multidimensional.
Las universidades han conformado un perfil característico para la Región del Bío Bío, se expresa visiblemente en la masiva migración centrípeta de gente joven al momento de iniciar las jornadas académicas. No tan inmediatamente visible es el potencial de estas instituciones para cambiar positivamente el perfil del país, una ciudad universitaria con todas sus capacidades.
Han sido nuevamente convocadas para enfrentar uno de los más grandes desafíos que enfrenta nuestro país, la enorme e intolerable asimetría en el reparto de la riqueza y de las oportunidades a lo largo y ancho del su territorio, el ocultamiento, tras una fachada de modernidad y progreso, de miles de compatriotas viviendo muy por debajo de un equívoco promedio que sitúa a Chile como emergente y cercano al primer mundo, al mirar solamente, un también engañoso, ingreso per cápita.
Un nuevo intento, posible continuidad de iniciativas históricas de muchos gobiernos anteriores para la superación de la pobreza, es el programa Compromiso País, como respuesta a la información recogida sobre falencias graves evidentes en determinados segmentos de la población chilena, identificando 16 escenarios de vulnerabilidad -un Mapa de Vulnerabilidad- entre los cuales se encuentra la falta de educación, la falta de empleo, las discapacidades, las enfermedades, el déficit de viviendas, la falta de servicios básicos, la inseguridad, el hacinamiento y el entorno social insatisfactorio, el maltrato a la mujer, entre otras.
Al hacerse parte las universidades de la Región, se comprometen a colaborar en un cambio a la actual situación detectada por la última encuesta Casen, que reveló que en el Bío Bío un 12,3% de los habitantes viven en la precariedad y un 17,4% bajo pobreza multidimensional.
El Mapa de Vulnerabilidad para nuestra región es crudo, pero necesario, ya que no puede haber un trabajo serio si no se parte por sincerar las cifras. Hay muchas de estas, pero es necesario exponerlas, 156.783 mujeres sin ingresos propios y 139.811, víctimas de violencia intrafamiliar, ambas cifras independientes. En la Región hay 47.449 viviendas sin servicios sanitarios básicos. En el ámbito educacional, 487.367 personas que no estudian y que no han completado la educación obligatoria, mientras 3.424 niños y adolescentes no asisten a ningún establecimiento educacional.
Otras situaciones de nuestra sociedad sin igualmente lamentables; del 40% más pobre de la población, 15.245 adultos mayores discapacitados y dependientes, viven solos, 151.193 personas han sido testigos de tráfico de drogas, violencia, o ambas situaciones, del 40% más pobre 27.745 familias tiene uno o más de sus integrante con dependencia de moderada a severa de drogas, que les impide ser autovalentes.
La academia puede ser un aporte indispensable para conocer estudios previos, nuevas investigaciones y experiencias de sus profesionales en los diversos ámbitos de formación para trabajar con niños y en todas las vulnerabilidades que afectan a la Región, se espera tener avances o tendencias al término del presente semestre. Por abrumador que sea este escenario, no se puede bajar los brazos, la magnitud y gravedad de la situación, la demanda de recurso que implica, puede resultar en postergaciones con justificables buenas excusas, pero ante este cuadro la renuncia o el desaliento, no es una opción.