Pese a que Chile se encuentra fuera de la zona de escasez, según los límites establecidos por las Naciones Unidas, y tiene un promedio de 50.244,7 metros cúbicos de agua por habitante, el país tiene problemas en algunas zonas y realidades que cambian.
Hay pocos días del calendario que no estén relacionados con algún acontecimiento de universal interés, por tanto, es muy difícil llevar adecuada toma de razón y colaborar para que los objetivos de esas determinaciones se puedan cumplir, así sucede con el “Día Mundial del Agua” que este año 2019 ha rotulado el tema: “Afrontando la escasez del agua“, que expresamente identifica un temor transversal ante esa severa y definitiva amenaza, al día siguiente de la celebración del “Día Forestal Mundial”, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Para hacer el problema aún más visible, las actividades se encuentran enmarcadas en la iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas para el periodo de 2005 a 2019, un Decenio Internacional para la Acción con el lema “El agua, fuente de vida”, que dio comienzo el 22 de marzo de 2005. El Día Mundial del Agua se celebra como un medio de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la defensa de su gestión sostenible.
Se estima que la Tierra contiene alrededor de 525 millones de litros cúbicos de agua, como se nos recuerda continuamente, la mayor parte del planeta está cubierta de agua, en torno a las tres cuartas partes. Hay que considerar, además, que en el agua se encuentra la mayor biodiversidad, se cree que aproximadamente el 90% de la biomasa de la Tierra está en ella. Incluso también se encuentra en el agua la que es la mayor agrupación de seres vivos del planeta y la única vista desde el espacio, la Gran Barrera de Coral. Sin embargo, la mayor parte del agua del planeta es agua salada. Tan solo un 2,5% del agua de La Tierra es agua dulce, y la mayor parte de ella se encuentra congelada.
Para algunos sectores privilegiados del mundo, como es el caso de muchos territorios en nuestro país, el agua es un recurso naturalmente disponible y que, por lo tanto, no se valora como un bien preciado imprescindible para la vida, que por desgracia no está al alcance de todos. La ausencia de agua o la ingesta de agua contaminada es una de las principales causas de mortalidad en los países subdesarrollados.
Pese a que Chile se encuentra fuera de la zona de escasez, según los límites establecidos por las Naciones Unidas, y tiene un promedio de 50.244,7 metros cúbicos de agua por habitante, el país tiene problemas en algunas zonas, como en el caso de Chiloé y los cambios apreciables en el clima ha determinado numerosas zonas con situaciones críticas. En una entrevista para un medio de circulación nacional, un hidrólogo puntualiza que más de 400 mil habitantes no tienen acceso al agua potable, y que en Chile el agua está distribuida de manera muy dispar.
Volverá a estar en el debate la propiedad del agua y sus derechos de aprovechamiento, ya que es imprescindible replantear la gestión del agua, la cual debe ser considerada como un bien común en términos de política de Estado, también ha de estar su uso responsable por cada habitante de nuestro territorio, una educación para el cuidado y preservación, Es todo lo opuesto a un asunto de poca monta.