Invertir para la detección temprana de incendios forestales
16 de Febrero 2019 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Se ha estimado que el tiempo de reacción de una brigada forestal para llegar a un siniestro recién detectado, no debe tardar más de 20 minutos. Si se tarda más, el fuego se escapa.
No resulta grato enfrentar grandes incendios forestales, como los que ha experimentado nuestra región, en particular, durante esta última semana. Sin embargo, pese a todas las hectáreas que se han consumido por el fuego y a lo doloroso que a todos nos resulta este daño al ambiente y al trabajo de muchos, es meritorio ver que desde el mega incendio forestal de 2017 a la fecha, tanto las autoridades como las empresas y la comunidad, han aprendido lecciones importantes.
Recordemos aquella dura enseñanza que nos dejó la catástrofe de enero de 2017; casi 400 mil hectáreas arrasadas, unas 3.500 personas sin casa y 11 fallecidos. ¿Qué se concluyó?_Que nadie estaba preparado y ninguno de los actores se había tomado en serio la posibilidad de un desastre de esa envergadura. La velocidad de respuesta fue mala, los medios disponibles para combatirlos paupérrimos (al menos en la etapa inicial); decisiones equivocadas y descoordinación.
La polémica relativa a los medios más eficientes para enfrentar emergencias de parecida naturaleza no han cesado desde entonces, lo que sí está claro es que hay dos componentes indispensables y de igual modo complejos. El primero, se refiere a la conducta irresponsables o delictiva de las personas, el siempre presente y perjudicial factor humano en la génesis de los incendios y, por otra parte, la necesidad de actuar con mucha fuerza en las medidas preventivas.
En ese sentido es encomiable que en una alianza estratégica las empresas forestales y el Gobierno hayan optado por fortalecer la prevención, destinando recursos a siete regiones del país. Ninguno de los actores del rubro maderero, ni la Conaf ni las forestales quieren repetir ese escenario, de esa manera, Como ejemplo, tras el incendio, Arauco, destinó US$ 25 millones a prevención y combate del fuego, y el año pasado superó los US$ 35 millones.
Por su lado, Cmpc, el otro gran actor en el rubro maderero del país, elevó los US$ 17 millones de 2017 a US$ 28 millones en 2018. Las dos empresas sumaron importante material aéreo: cada una de ellas cuenta ahora con un helicóptero pesado con capacidad para 10.000 litros de agua sumando a este recurso maquinaria de trabajo terrestre.
Como ya se ha aprendido, no basta con los recursos materiales, la tarea de mayor impacto es la capacitación de personas y la aplicación del nuevo conocimiento surgido de la dura tarea de controlar estos siniestros. Así, el plan contempla elementos nuevos, como el combate nocturno terrestre en interfaz urbano-forestal; el adelantamiento del inicio de temporada y de los procesos de reclutamiento; la creación de Unidades de Análisis y Diagnóstico, compuesta por profesionales del área forestal y social.
En su oportunidad , el director regional de la Conaf aludió a un ejemplo concreto para explicar la necesidad de la acción pronta: un incendio en Charrúa que en tres horas llegó a quemar 360 hectáreas. Se ha estimado que el tiempo de reacción de una brigada forestal para llegar a un siniestro recién detectado, no debe tardar más de 20 minutos. Si se tarda más, el fuego se escapa. Ello que hace evidente contar con un sistema de detección y reacción que responda en forma casi instantánea al primer indicio de un incendio forestal. Es indispensable, entonces, formalizar un sistema de detección y reacción que responda en forma casi instantánea al primer indicio de un incendio forestal.
No sólo la autoridad, sino además la ciudadanía, tenemos que hacernos cargo de actuar oportuna y eficientemente, para minimizar los efectos de incendios tan complejos como los que están afectando a Bío Bío y Ñuble esta semana.