Editorial

Hacerse cargo de los riesgos de la temporada estival

Un informe de la Armada de Chile establece que en los primeros 24 días de la temporada de verano hubo nueve personas fallecidas en cuerpos de agua a lo largo del país, incluyendo mar, lagos y ríos, bajo jurisdicción de la autoridad marítima.

Por: Editorial Diario Concepción 30 de Enero 2019
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Con simulacro de rescate marítimo, donde participó la Armada, salvavidas municipales y personal médico, se inició a temporada de playas en la Región del Bío Bío. Es un modo más bien ominoso, pero altamente justificado, de empezar. En vez de romper cintas e inaugurar nuevas infraestructuras, por ejemplo, se opta por dar una señal de riesgo posible, se llama a la población a precaverse, a tomar conciencia, de hacerse cargo, responsablemente, de su propia seguridad. La iniciativa, ya de rutina, se hace aún más necesaria al informarse que a estas fechas ya se han duplicado los casos de ahogados respecto de la anterior temporada.

Efectivamente, un informe de la Armada de Chile establece que en los primeros 24 días de la temporada de verano hubo nueve personas fallecidas en cuerpos de agua a lo largo del país, incluyendo mar, lagos y ríos, bajo jurisdicción de la autoridad marítima. Este escenario ocurre en medio de una baja del 36% en las emergencias de rescate de personas siniestradas, según la institución naval. En la presente temporada se han registrado 34 operativos, mientras que entre el 15 de diciembre de 2017 y el 7 de enero de 2018 se contabilizaban 53.

Las autoridades de todas las regiones, particularmente aquellas que tienen este valorado recurso turístico, están preocupadas de garantizar la seguridad de los usuarios, se ha anunciado un aumento de las fiscalizaciones para evitar consecuencias nefastas de actitudes de riesgo. Hay que recordar que de acuerdo al catastro, en Chile existen 904 playas en lagos, ríos y el litoral, de las cuales sólo 114 están habilitadas para uso de los bañistas, equivalente a un 12,61%, de hecho, tres regiones del país -Maule, Aysén y Magallanes-, no cuentan con lugares autorizados, a pesar de que sí tienen playas.

Muchas personas, especialmente jóvenes, tienden a subestimar las ideas básicas de seguridad, sin querer reconocer las características de los lugares que señalan peligro, las ordenanzas describen como playas no aptas para el baño, o zonas no habilitadas, aquellas con roqueríos y fuertes corrientes, además del oleaje, claramente diferentes a las que están en lugar protegido, con una pendiente suave para ingresar al mar. El agravante de no prestar atención a estas circunstancias es que las autoridades de la Armada y el Ministerio de Educación informan que, actualmente, un 60% de los jóvenes que llegan a las playas no saben nadar y que apenas el 9,4% (74 balnearios) cuentan con salvavidas (217 en total) para enfrentar eventuales emergencias.

En los días de mucho calor, como los que seguramente tendremos en la presente temporada, existe la tentación de bañarse en cualquier sector con agua, sin importar sus condiciones, sitios engañosos por su aparente seguridad, como los ríos y lagunas, sin conocer las características de profundidad o fondo.

Todas las temporadas tenemos repetidas las mismas situaciones, jóvenes y niños irreflexivos o ingenuos, sin control de adultos, o adultos actuando de modo irresponsable o bajo el efecto del alcohol. Hay en todas partes señaléticas y advertencias, abundan las recomendaciones en instructivos de organizaciones preocupadas por la seguridad y campañas, tanto en colegios como en lugares públicos, pero la responsabilidad personal es insustituible, para cuidarnos y para cuidar a los otros. Pensar de nuevo sigue siendo necesario.

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