La necesaria nueva mirada a la agroindustria regional
26 de Enero 2019 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Es indispensable avanzar en alianzas estratégicas, por sobre los límites regionales, ya que para este nivel de desarrollo se requiere un esquema de macrozonas, que aporten sus particulares ventajas comparativas para una sinergia de alta competitividad.
Nuestra región ha perdido prestancia, a pesar del fuerte aporte al desarrollo del país, hay mucho producto que no queda en casa, los grandes emprendimientos han migrado en sus cabeceras y las fuentes de riqueza regional cambian de domicilio, de tal manera que el crecimiento local se ha hecho más lento y de menor impacto, por tanto, sus proyectos se postergan y debaten, transformando necesidades urgentes en una negociación de prioridades.
Es muy posible que las grandes fuentes productivas regionales, forestal y pesquera, hayan logrado desplazar el interés en otras áreas potencialmente poderosas, un asunto que ha sido tema de sucesivos administradores y autoridades de diferentes colores político, con diferentes ópticas, tratando de encontrar los recursos a los cuales nuestra región puede tener acceso, se la ha definido, como industrial en vías de desaparición, como un centro de servicios, como la capital de la madera o de los productos del mar, aunque no en su mejor formato.
No es la primera ni última vez, que la importancia de la agroindustria para nuestra región reciba atención de parte de empresarios y emprendedores, ya que no es fácil ignorar la historia y dejar de lado las potencialidades evidentes, y a simple vista. Esta línea productiva combina las dos principales actividades económicas del ser humano, la agroindustria es el centro de la producción económica humana, ya que tiene su base en la generación de recursos agrícolas y su correspondiente manufacturación, industrialización y comercialización. La combinación de agricultura e industria ha sido descrita como un fenómeno reciente que ha permitido cambiar la estructura productiva del ser humano.
Hasta cierto punto representa un cambio de paradigma, de pequeño productor a una red compleja de asociatividad, incluyendo avances tecnológicos que permita llegar a la economía de escala, de esa manera, la agroindustria permite dar a las actividades pecuarias un valor superior, para lo cual es necesario que actúe en forma masiva y a gran escala, permitiendo pasar de un nivel de producción artesanal a uno industrial, donde el alimento o los recursos lleguen a una enorme cantidad de personas en todo el mundo.
Establecido lo anterior, es indispensable avanzar en alianzas estratégicas y planeamiento conjunto, por sobre los límites regionales, ya que para este nivel de desarrollo se requiere un esquema de macrozonas que aporten sus particulares ventajas comparativas para una sinergia de alta competitividad.
Es posible observar una suerte de revolución en el agro regional, se ha aludido a factores como el cambio climático, los precios de las frutas en comparación con otros cultivos, las nuevas tecnologías para la exportación como razón del impulso en el aumento de las superficies frutícolas, por ejemplo, en los últimos 10 años, el total de suelos dedicados a la producción de frutas ha pasado de 6,3 mil hectáreas a las 14,9 mil hectáreas de hoy.
Es importante aumentar la visibilidad de las iniciativas en esta dirección, reconocer a las personas que han asumido los liderazgos, pero es indispensable que las autoridades que corresponda pongan este asunto en la tabla, hace mucho tiempo que la ciudadanía espera un liderazgo visible y comprometido, no con sus colores, sino con la Región entera.