Niños migrantes en el sistema escolar chileno
12 de Enero 2019 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
El fenómeno migratorio ha afectado el sistema escolar, aunque la tasa de estudiantes migrantes en la red pública se encuentre actualmente en un 3,5%, cifra menor comparada con la experiencia de países que se han caracterizado por ser sociedades receptoras.
La hospitalidad chilena está siendo sometida a prueba, si estamos abiertos sólo a las visitas cortas, o si es posible aceptar que personas diferentes en cultura, idioma o color, opten por vivir definitivamente en nuestro país, también es una oportunidad para verificar si efectivamente somos un país intolerante y selectivamente racista.
En una encuesta publicada por un medio de circulación nacional a principios del año pasado, se explora esta situación, describiendo las visiones como divididas: mientras el 46% de los encuestados cree que la inmigración es buena para el país, el 43% dice que es mala, si para los hombres es mayoritaria la mirada positiva de la inmigración; 52% a 42%, entre las mujeres predomina una visión negativa: 44% piensa que es mala, contra 42% que cree que es buena. La opinión es más positiva en jóvenes, en el estrato socioeconómico más alto y en los que se declaran políticamente de centro izquierda.
Estas opiniones pueden o no reflejar el sentimiento actual de los chilenos, ya que se trata de una realidad fluctuante, pero lo que no cambia es el hecho que Chile tiene una nueva población que ha elegido a nuestro país como el lugar donde cumplir con sus sueños y establecer a sus familias. Están pendientes y en desarrollo los cambios de la sociedad chilena a consecuencia d esta migración.
Según la información provista por el último Censo, la población migrante latinoamericana es la más significativa. Existe una mayor presencia de personas provenientes de Perú (25,3%); Colombia (14,2%); Venezuela (11,2%); Bolivia (9,9%); Argentina (8,9%) y Haití (8,4%). Junto con ello, la Región Metropolitana es la que concentra la mayor cantidad de población extranjera, la que alcanza casi las 500 mil personas, cifra equivalente a un 7% de su población.
Particularmente interesante, por ser el colectivo de transición, es la información relativa a los migrantes infantiles y juveniles, de acuerdo con datos anteriores, la mayor parte de la población migrante sería mayor a 15 años, mientras que una menor proporción estaría en edad escolar.
Es este grupo particularmente relevante para determinar la magnitud del fenómeno migratorio en el sistema escolar, en los últimos años, las cifras han aumentado considerablemente, sólo entre los años 2015 y 2017 el número de estudiantes migrantes pasó de 30.625 a 77.608 en el conjunto del sistema escolar.
A diferencia de la distribución de los estudiantes nacionales, donde ha crecido el número de estudiantes en el sector particular subvencionado, en el caso de los migrantes se ha ido produciendo una creciente concentración en establecimientos educativos de la red pública, pasando del 51% en el año 2006 al 57% durante el año 2016, compensando en parte la salida de estudiantes chilenos del sistema público. En cualquier caso, la tasa de estudiantes migrantes en la red pública se encuentra actualmente en un 3,5%, cifra menor comparada con la experiencia de países que se han caracterizado por ser sociedades receptoras.
A nuestro criticado sistema educacional, se le ha encargado, involuntariamente, integrar a todos estos niños a la sociedad chilena, una oportunidad que no debe desatenderse, como se ha logrado hacer en otras instancias. De hacerlo bien, de allí emergerán ciudadanos bien inspirados, agentes de cambio para una mejor sociedad, elementos valiosos para un Chile mejor.