Editorial

La obligación de cuidar el Teatro Regional

Por: Editorial Diario Concepción 26 de Agosto 2018
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Ha sido una larga marcha la del Teatro Regional, lo suficientemente extendida en el tiempo y compleja en sus diversos actores, que resulta fácil olvidar qué hay involucrado en su historia y en consecuencia, posibilitar que nuevos protagonistas no terminen de entender qué significa para la comunidad penquista, no solo para  los recién llegados, sino para los ciudadanos que han entretejido sus vidas y la de sus familias con los ciclos de progreso y destrucción de la llamada Perla del Bío Bío.

Fue en 1994 cuando la nostalgia por el Teatro Municipal de Concepción, construido en 1885 y abatido por el terremoto de 1960, convocó a un grupo de vecinos para conformar la Corporación Teatro Pencopolitano. Eran los tiempos de pensar en grande,  de esa manera la Corporación gestiona la traída, el  15 de diciembre de 1995, de Luciano Pavarotti, quien se había comprometido a venir a Chile, exclusivamente a Concepción, convencido por una causa que lo había conmovido. El lugar del concierto fue el antiguo Estadio de Collao, al cual asistieron18 mil personas.

El arquitecto Borja Huidobro, hizo el diseño del edificio, que sería emplazado en la ribera norte del río, el resto de la historia es clásico; rivalidades y falta de financiamiento, terminan con el abandono del proyecto, la idea, sin embargo, seguía vigente, este medio, en el mismo mes de su fundación, en mayo de 2008, planteó como una necesidad incorporar la lucha por el Teatro Pencopolitano dentro de los temas editoriales relevantes, para canalizar este viejo anhelo regional y para sumar a las autoridades en esta iniciativa.

En abril de 2013, durante la administración Piñera, en una tercera votación del Consejo Regional, se aprobaron los dineros para la construcción de un Teatro Regional del Biobío, abandonando la idea de construir el Teatro Pencopolitano. Las  obras se iniciaron ya en el Gobierno de Michelle Bachelet, para materializar el diseño del arquitecto Smiljan Radic, ganador del concurso llamado al efecto, en 2011.

Hubo, como parece ser el destino de las grandes obras regionales, que esperar hasta el año 2015 para empezar a construirlo. El compromiso de Diario Concepción para llevar a buen término esta obra, ha sido y sigue siendo irrenunciable, por ser parte de su misión de colaborar con todas las iniciativas que se dirijan al crecimiento y prosperidad de la Región y, en consecuencia, cada paso fue seguido de cerca, como ocurre ahora, a pocos meses de su  muy festejada inauguración.

No sería justo juzgar ahora la proporción entre la magnitud de esta obra y los espectáculos que se han presentado, es un tema pendiente determinar si tienen el impacto que esta Región espera de un escenario a todas luces espléndido. Lo que sí es posible observar es el triste espectáculo de las luchas personales o ideológicas que han arrojado sobre su gestión toda suerte de dudas, insuficiente transparencia en la generación de sus autoridades, manejos financieros  y funcionamiento, el espectáculo es lamentable, una discusión kafkiana sobre el modo de caminar de un proyecto emblemático, que podría significar un renacimiento de la actividad cultural de alto nivel, propio de una región que pretende mostrar su potencial ante la comunidad nacional.

Es de esperar que ante esta situación se regrese a la cordura y el Teatro  pueda ser un símbolo del resurgimiento de la Región del Bío Bío.

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