La participación ciudadana en la construcción de la ciudad está sobre la mesa de negociaciones implícitas, aunque no se pregunte directamente. Se trata de participar en la génesis de las ideas que responden a la interrogante de en qué ciudad queremos vivir, cómo queremos que sea la ciudad en los próximo dos decenios, dónde y cómo van a vivir los penquistas futuros, muchos de ellos nuestros directos descendientes, asumir o no el papel coautores o partícipes del diseño del legado urbano.
En las ciudades democráticas de hoy, la participación ciudadana se ha convertido en un elemento esencial en los procesos de desarrollo urbano, al entenderse, sin lugar a dudas, que los proyectos urbanos deben tener como base lograr una mejor calidad de vida a los ciudadanos. Sin embargo, a pesar de declaraciones repetidas ad nauseam sobre la indispensable contribución de los ciudadanos, éstos no han tenido hasta la fecha un canal fluido y operante, de tal manera que su fuerza termina por diluirse y se concentra esporádicamente al ocurrir conflictos, que aparecen con más frecuencia, justamente, por la participación insuficiente.
La provincia de Concepción se encuentra en este mismo momento haciendo frente e a este tipo de situaciones, el litigio sobre quién tiene la palabra y cuáles son los actores que deben hacerse parte de la decisión de resolver la demarcación territorial, resolución que en la base permite prefigurar qué tipo de uso de se dará a los diferentes sectores y como resultado, el perfil de las ciudades de las once comunas de provincia afectas al Plan Regulador Metropolitano.
Las dinámicas de participación ciudadana, así como la cantidad de información de la que dispone la comunidad, son los dos puntos que mantienen discrepancia autoridades del Ministerio de Vivienda en la zona y tanto consejeros regionales como vecinos organizados o juntas de vecinos. No es de extrañar que el proceso no termine de definirse y las adecuaciones propuestas estén en el ámbito de asuntos por resolver desde el año 2013.
Los plazos, sin embargo, se acortan. Para este año se contempla la revisión y preparación de la respuesta que debe ser entregada a los municipios que presentaron observaciones al plan. Igualmente, corresponden correcciones a las observaciones ofrecidas por Medio Ambiente al informe ambiental, se supone que después de esa fase hay un momento de consulta abierta, que se asegura será todo lo público que se requiera, la información será procesada dando al Consejo Regional, alrededor de 90 días para debatir para a votar, finalmente, el rechazo o la aprobación del Plan Regulador Metropolitano de Concepción.
Cada actor en este proceso tiene que hacerse cargo del sueño de proyectar una ciudad bella, funcional y con buena calidad de vida, que permita a toda la ciudadanía disponer de la ventajas de vivir en una urbe receptiva e integrada, inclusiva y saludable.
Los proyectos tienen que encontrar un equilibrio entre la densificación y la dignidad, la aurea mediocritas entre las externalidades positivas y las de signo contrario, enfrentar la realidad que en sectores urbanos importantes no se trata de añadir nuevos terrenos, sino remodelar los que existen en condiciones paupérrimas o en insostenible deterioro, barrios completos que bien merecen una nueva mirada. Es indispensable hacer esto con la transparencia que la sociedad tiene derecho a reclamar.