Se puede seguir haciendo a la educación todas las reformas que parezcan convenientes, pero en el área pequeña, en cada aula a lo largo del país, se vive circunstancias diferentes, el resultado particular de los pequeños universos constituidos por los alumnos y profesores, un colectivo cada vez diferente y que debe conformarse a sí mismo, tomando en cuenta sus muy particulares características. El aprendizaje resultante en cada sala de clases, la calidad de la educación, tiene mucho que ver con la actitud de quienes enseñan y las motivaciones que son capaces de despertar en quienes aprenden.

Una apreciación del estado del arte en estas experiencias se pudo apreciar en la reunión de representantes de los 121 establecimientos que forman parte de la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, un encuentro donde los docentes tuvieron la oportunidad de cambiar ideas, desde el rol que debería jugar la tecnología en el currículum, hasta la asignación por número de alumnos prioritarios que reciben los colegios.

La Red en cuestión es una iniciativa que desde 2008 agrupa a establecimientos desde Alto Hospicio a Punta Arenas, que tiene como objetivo principal propones innovaciones que permitan ofrecer educación de calidad en contextos vulnerables, en esta oportunidad ,  el subsecretario de Educación, se dirigió a más de 200 profesores para referirse a esta iniciativa, expresando que se ha invertido demasiado tiempo en un debate político-ideológico y que sería bueno cerrarlo para volver a poner el foco en los  procesos de enseñanza y  aprendizaje.

Surgen en el contexto aludido las iniciativas que marcan la diferencia en los colegios, la necesidad de transformar las escuelas, un cambio que no depende, ni puede ser debido a las genialidades personales, sino a la capacidad de introducir las variables que tienen mayor impacto y estas varían tanto como las conformaciones de los cursos y sus entornos, las características particulares de cada grupo y los perfiles profesionales o vocacionales de los docentes, entre otra circunstancias que influyen en los resultados.

Los interminables debates, las reformas y su manipulación política, que muchas veces contaminó la labor de lo que tiene que pasar en los establecimientos educacionales, deben ser reemplazados, más que en la cantidad de recursos educativos,  en el diseño y uso de estos recursos al servicio del aprendizaje. Para que sea bueno su uso, son importantes  la autonomía, la colaboración, el trabajo en redes y la flexibilidad.

Otra vez, sin volver a citar el papel de las familias o el factor socioeconómico, se destaca la capacidad del profesor para hacer  la diferencia, actores reales que en el diálogo que surge narran sus experiencias exitosas, todas con el mismo sello, el compromiso y la vocación, que  se expresa de diversas formas, para algunos, el uso constructivo de multiculturalidad en la salas, para otros, el énfasis en el arte de crear vínculos.

Los maestros más exitosos del país han utilizado diferentes métodos, algunos resaltan la pertenencia, otros la cultura del buen trato y el respeto mutuo, el aprender a valorar los talentos diferentes y las mejores habilidades de cada quien, para conformar una comunidad educativa poderosa, estimulante y creadora, abriendo rutas para la innovación abierta en el aula. Sobre estas dinámicas la legislación tiene poco que hacer, si, y mucho, el amor a lo que se hace.