Alarmantes cifras de corrupción percibida por ejecutivos chilenos
24 de Mayo 2018 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Ser hasta cierto punto insulares en Sudamérica, debido a las conocidas barreras de cordillera, mar y desierto, ha servido, involuntariamente, para generar una característica mítica urbana nacional, ciertas creencias que perduran por no haber tenido la oportunidad de contrastarse con otras realidades, en tiempos globalización, determinadas ingenuidades pierden sustento, como la situación de excepción de nuestro país frente a la realidad de otras naciones cercanas, descritas como sociedades con extendidas prácticas corruptas.
El ciudadano chileno ha descubierto que hay corrupción en Chile, en realidad, su existencia era conocida, pero se entendía comprometiendo a sectores muy marginales de la sociedad y que no representaba el comportamiento usual de las organizaciones, con dos ejemplos inconmovibles; los carabineros y los bomberos, la probidad por antonomasia, en grado menor, la corrección de los procesos comerciales, autoprotegida por un indispensable puente de mutua confianza.
En la actualidad ese convencimiento se ha puesto en duda, casos como Odebrecht y Petrobras en Brasil son algunos ejemplos de cómo prácticas fraudulentas han puesto en entredicho, tanto a las empresas y sus ejecutivos como a gobiernos y mandatarios. Consecuentemente, altos ejecutivos de grandes compañías nacionales en los últimos años han ido mostrando cada vez más preocupación por este tipo de fenómenos, de tal modo que los temas antisobornos y antifraude son asuntos relevantes en los directorios de las empresas.
En un estudio realizado por EY. Un organismo internacional con sede en Chile -que tiene como objetivo monitorear la percepción de altos ejecutivos a nivel mundial sobre temáticas como corrupción y fraudes dentro de las empresas- se revela que el 34% de los altos mandos de firmas chilenas consideran que el soborno y las prácticas corruptas ocurren ampliamente en los negocios en el país. La cifra supera el 20% que exhiben las naciones desarrolladas, pero figura en un nivel inferior respecto de la Región, en donde se llega al 74%.
Esta situación dista bastante de estar controlada, la investigación aludida consultó a 2.550 altos ejecutivos a nivel mundial, de estos, 50 son chilenos, los resultados, en general, arrojan que las prácticas fraudulentas no han disminuido a nivel mundial en el último tiempo, el fraude y la corrupción siguen siendo más frecuentes en los mercados emergentes, y aunque se observe una mejoría en algunos mercados desarrollados.
Una de las consultas que realiza la encuesta a los ejecutivos es “¿Qué tan importante es la integridad?”. En este caso, el 100% responde que es uno de los valores más importantes de las empresas, sin embargo y a pesar de esto, el 14% de los encuestados justifica el ofrecimiento de pagos en efectivo si ello ayuda a la empresa a sobrevivir en un contexto de recesión económica, una señal inquietante, de al menos dos situaciones; la labilidad de los principios cuando son sometidos a presión y, más claramente, la existencia de la posibilidad de saltarse las normas con pagos ilegales.
Por mucho que sea de relativo consuelo los datos en este aspecto, comparados con otras realidades de la región, la corrupción tiene la insidiosa capacidad de perpetuarse y robustecerse ante el descuido o la indiferencia, Chile tiene los medios para cautelar esta situación, si pone en marcha la voluntad política de detenerla.