Las lagunas del Valle de la Mocha, fueron uno de los motivos de la polémica al momento del traslado de la ciudad, desde su instalación en Penco, ante el despiadado castigo de terremotos y maremotos. Éstas, más un par de ríos, determinaban abundancia de agua, pero también abundancia de humedad. Así creció la ciudad, controlando humedales y mejorando la calidad de la construcción, hasta hace de estos cuerpos de agua dulce un bien urbano, un elemento paisajístico que contribuye a la mejor calidad de vida.
Sin embargo, el descuido, la indiferencia o la negligencia hizo desaparecer dos de las siete lagunas ancestrales y las restantes han pasado por momento s extremadamente críticos, con largos períodos de olvido, afortunadamente diferentes autoridades edilicias han tomado desde hace tiempo cartas en el asunto y el programa de recuperación y cuidado de las lagunas, con altos y bajos, ha tenido una cierta continuidad.
En las últimas semanas se ha dado a conocer el informe entregado por el Centro Regional de Estudios Ambientales (Crea) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, que establece el diagnóstico para el mejoramiento de las cinco lagunas que permanecen en el territorio urbano: Redonda, Tres Pascualas, Lo Galindo, Lo Méndez y Lo Custodio, iniciativa que, con el respaldo de la Municipalidad de Concepción y financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, tuvo como principal objetivo determinar el actual estado de cada espejo de agua, desde el área ambiental y buscar una alternativa de mejoramiento específica para cada laguna, recuperando los espacios naturales para el uso público de cara a la comunidad.
El alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, al conocer este diagnóstico, declara que es de lamentar la existencia de conexiones de redes de alcantarillado desembocando en cada una de estas lagunas, lo cual se agrava con la basura arrastrada por la lluvia. Una situación que requiere el trabajo en conjunto con el Ministerio de Vivienda, con el de Medio Ambiente, con el Consejo Regional y con los vecinos. Todas tienen un grado de contaminación, que debe ser analizado de forma individual. Lo Méndez, Lo Galindo y Lo Custodio, son las que presentan mayor presencia de coliformes fecales, por las conexiones directas de alcantarillado y por estar rodeadas por construcciones, en el sector de Barrio Norte.
Es particularmente destacable que los investigadores del Crea trabajan con los vecinos de Concepción con el propósito de generar conciencia en la población cercana a las lagunas y mejorar las condiciones actuales, recogiendo sus impresiones del proyecto y de cómo hacerlos parte en la recuperación de los espacios alrededor de cada laguna.
En su momento las lagunas quedaron relegadas al traspatio de la ciudad. Pero ante la posibilidad de agregar valor, como ha ocurrido ciertamente en el caso de la laguna Las Tres Pascualas, hoy la realidad es otra: los entornos de las lagunas pueden transformarse en áreas privilegiadas de la ciudad, residencial y de parques públicos, de zonas para la actividad física, la recreación o práctica de deportes, como hubo en el siglo pasado.
Las ventajas de cuidar estos cuerpos de agua bien justifican los grandes emprendimientos, se trata de hacer de Concepción una ciudad más bella y más sana. La geografía local está ofreciendo una nueva y poderosa base al progreso de la capital penquista.