Editorial

La reconsideración del Ministerio de Ciencia

Por: Editorial Diario Concepción 27 de Marzo 2018
Fotografía: La Tercera

Han sido meses ocupados, incluso, la tradicional tregua de febrero no fue tal, bajo el aguijón eleccionario presidencial, el cambio de gobierno y de paradigma, más las pedestres ocupaciones de la ocupada agenda de cualquier ciudadano chileno al iniciar el mes de marzo. En medio de tales acontecimientos muchos asuntos de primera importancia resultaron invisibilidades, como la creación del Ministerio de la Cultura, la eventual nave capitana de la ciencia en Chile.

Suficientemente opacado por otros aconteceres, no hubo en general reacciones notorias al empezar el año con la mala noticia que la tramitación del proyecto que de crear un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) había tenido una fuerte señal de alto, un auténtico anticlímax, cuando todo parecía marchar bien, en un ambiente precedente de felicitaciones mutuas calurosas manifestaciones de beneplácito por el avance de esta iniciativa de enorme importancia para el país entero.

Cuando todo parecía compuesto y cerrado, listo para su rutinario despacho, aparecieron resguardos que obligaron a detener la iniciativa y enviar el proyecto fue enviado a comisión mixta por parte de la Sala del Senado. La razón de este traspié es el rechazo de algunas modificaciones que hiciera la Cámara de Diputados a la iniciativa original y que deberá ser resuelto en la instancia mixta.

El principal desacuerdo, como suele ser, fue en materia de dineros, uno de los puntos en los que no se llegó a acuerdo está referido a las macrozonas que determina las regiones donde la nueva cartera tendrá representación y la inversión que se realizará para las investigaciones. El otro escollo se refiere a la propiedad de las patentes que se generen con financiamiento de los proyectos por el Ministerio.

Es así como la ley que crea esta importante instancia no pudo ser promulgada por el gobierno saliente, una pausa que puede tener impensadamente, la posibilidad de dar a todo el proyecto una nueva mirada, ya que éste parece tener varios flancos vulnerables y aprovecharla para corregir otras eventuales deficiencias, tanto a nivel de enfoque global como de contenido específico.

Para algunos investigadores, la institucionalidad que se propone para el nuevo ministerio “es muy poco ambiciosa en cuanto a su alcance y no resuelve los problemas de fondo que atentan en contra de un mejor desarrollo de la CTI”, derivados de la amplia dispersión de esfuerzos existente y de la falta de un responsable político único. Por otra parte, la innovación y la formación de capital humano avanzado y el desarrollo tecnológico, fuertemente enlazadas con la investigación científica, habían sido incorporadas tardíamente y en forma muy limitada, con una dependencia compartida con otro ministerio, una situación que la experiencia muestra no se resuelve adecuadamente con comités intersectoriales.

Los problemas que surgieron ante esta propuesta pueden ser un tropiezo conveniente, una nueva oportunidad para optimizarla, el Ministerio de Ciencias es fundamental para la proyección científica chilena, tiene que tener la responsabilidad política de mejorar sus resultados. Es crucial para impulsar la creación de nuevo conocimiento y nueva tecnología, necesarios para una base propia y no prestada de desarrollo, la moneda de cambio para ingresar al primer mundo, es bueno poder asegurar que esté bien armado.

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