Editorial

La dañina huella del hombre sobre la Tierra

Por: Editorial Diario Concepción 16 de Marzo 2018
Fotografía: Archivo Copesa

La situación de salud del planeta ha enrarecido los diálogos entre los ambientalistas y los empresarios, no porque estén esencialmente en veredas distintas, sino porque sus ópticas tienen objetivos diferentes, ambos con sus propias áreas de ceguera. Lo que sí está claro, es que indiscutiblemente el hombre está dejando marcas en la Tierra, la discusión que no termina es de qué naturaleza son y cuán permanentes o perjudiciales, subyaciendo el conflicto de convencimientos relativo a la capacidad del planeta para lidiar con la presencia y actividades del ser humano, que la ha estado invasivamente habitando por una porción relativamente despreciable de su larga historia.

Sin embargo, a pesar del brevísimo capítulo de nuestra especie sobre la superficie del planeta, la impronta ha sido desproporcionadamente intensa y no precisamente para bien, la presencia del hombre ha llegado a amenazar a la naturaleza y a poner en riesgo su propia continuidad como residente.

Se ha  descrito a la primera Revolución Industrial como la instancia crítica en la cual se inicia  la irreversible huella del ser humano, las huellas anteriores habían sido posiblemente de menor magnitud y los procesos biológicos o químicos fueron suficientes para  hacerlas desaparecer, la fecha del quiebre  no es exacta, pero es fácil pensar en grandes eventos de disturbio, la pesada contaminación del aire, el agua y la tierra con industrias ignorantes del potencial impacto de sus desechos, la acumulación de contaminantes en procesos productivos sin resguardo, los vertederos de sedimentos tóxicos, el uso de la energía atómica, para uso bélico, como eventos dramáticos aunque precedidos por un ignorado número de ensayos sin control alguno, o en accidentes de energía nuclear para fines pacíficos.

La evidencia del paso del hombre en el planeta, dejando estas huellas, ha sido denominada  la “Edad de los Humanos”, o como otros capítulos geológicos, el  Antropoceno, una  época donde el humano, como gran protagonista, es el agente central de los cambios y los procesos que afectan los distintos sistemas de nuestro planeta.

Si en alguna época este asunto pudo haberse catalogado como de interés académico, con evidencias observables sólo por los científicos en sus laboratorios, por su magnitud y transversalidad es ahora materia de políticas de Estado, en diversas latitudes y punto central de la discusión en organismos internacionales. Para los expertos las implicancias son enormes, inadvertidamente , como producto del desarrollo tecnológico, el aumento de la población y un sinnúmero de otros factores, se han generado cambios y resultados no previstos, hasta poner en riesgo la propia sobrevivencia de la humanidad, que no puede ser concebida como algo separado de la historia de la Tierra.

Hay un despertar de conciencias en nuestro país, personas que reciclan, la prohibición de las bolsas plásticas, pero hay que ahondar en la formación de responsabilidades, de respeto a una naturaleza,  que no es eterna, que es frágil y definitivamente finita, los recursos de la tierra, para comenzar, la presencia abusiva del hombre tiene un límite y en demasiados lugares este límite se ha hecho evidente. Ya no basta con el cuidado de los ecosistemas, urge reparar los que han sido intervenidos al límite, cada uno de nosotros tiene la obligación y la oportunidad de cuidar nuestra residencia en la Tierra.

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