Asegurar las cualificaciones técnico-profesionales
06 de Marzo 2018 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Inexorablemente, como había sido anunciado desde muy temprano, el futuro ha llegado, desacomodando la relativamente segura realidad presente, que aunque compleja era, hasta cierto punto, predecible, los avances de un futuro anticipado por la velocidad del progreso tecnológico no solo se ha instalado, sino que introduce cambios de alto impacto, aparentemente inconexos, como el cierre de sucursales bancarias o la disminución del personal para atender a los usuarios.
La así llamada Inteligencia artificial, ha puesto el trabajo humano en peligro, la automatización del empleo provocada por los avances en robótica obliga a la humanidad a replantearse las relaciones entre trabajo y vida. El caso, para nada único, de Baxter, liviano, fácil de adiestrar y capaz de realizar multitud de operaciones tales como tareas de montaje, empaquetar productos, cargar y trasladar objetos u ocuparse de los mandos de una máquina. No solo eso, lo que hace revolucionario a este humanoide, es su capacidad de aprender movimientos con sólo mostrarle cómo hacerlo, desplazando sus brazos, con un precio estimado de 22.000 dólares, una cifra por debajo del coste salarial anual de un trabajador calificado.
No es de extrañar que las ventas de robots se hayan incrementado un 15% en 2016 respecto al año anterior, según el informe The Impact of Robots on Productivity, Employment and Jobs de la Federación Internacional de Robótica, publicado a fines del año recién pasado, 2,5 millones de robots industriales estarán trabajando en 2019 y su presencia en establecimientos y fábricas se incrementará a un ritmo del 12% anual. Cada uno con la posibilidad de reemplazar a uno o más trabajadores humanos.
Esta posibilidad genera temores ligados a las condiciones geopolíticas y cambios sociales impulsados por problemas como la política comercial y la inmigración que contribuyen a generar un sentido de inseguridad sobre las perspectivas de empleo actual y futuro. Estas perspectivas pueden eclipsar la contribución positiva de la automatización y la robótica a la productividad, la competitividad y la creación de nuevas formas de trabajo. Además, podrían socavar el debate y la acción sobre las medidas que deberían tomarse para permitir que los países, las organizaciones y las personas obtengan los beneficios de esta nueva revolución en el mundo del trabajo
Es un cambio, como se ha dicho, inexorable, que no ha alcanzado el suficiente desarrollo como para conmover transversalmente a todas las instituciones educacionales, particularmente a aquellas de formación técnico profesional, las más inmediatamente afectadas. En ese particular vicepresidente ejecutivo de Corfo, declara “es un tema crítico para poder avanzar, en un contexto de grandes revoluciones tecnológicas y transformaciones que son disruptivas, y que requieren que el sistema de formación responda en forma mucho más pertinente a las necesidades del mercado de hoy y del futuro”.
Por su parte, gerente del Centro de Innovación en Capital Humano de Fundación Chile, estima que el 60% de las ocupaciones tiene al menos un tercio de sus actividades que son automatizables, razón suficiente como para modificar las competencias laborares que en general se van a ejecutar en entornos digitales. Los centros formadores tienen por delante un escenario que ya no pueden optar por ignorar.