Quis custodiet ipsos custodes
04 de Febrero 2018 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Es una interrogante antigua, en este caso corresponde a una locución latina proviene de las Sátiras de Juvenal, que a lo largo de la historia ha sido traducida en muchas formas: ¿Quién guardará a los guardianes? ¿Quién vigila a los vigilantes? ¿Quién hará responder a quiénes están investidos de todos los poderes?
Esa inquietud explica la necesidad de que los estados tengan separación de poderes, para evitar que alguien, o una institución, tenga poder omnímodo. En todas las culturas democráticas, en las cuales se confiere poder, las constituciones buscan que éste se ejerza correctamente, los presidentes, los parlamentos, las policías, tienen poder, en ese contexto surge la duda expresada por Juvenal, la búsqueda de seguridad y confianza en el recto proceder de quien tiene autoridad.
Carabineros de Chile es una institución que tiene la más alta calificación en prestigio en nuestro país, uno de los orgullos de la ciudadanía, ha sido tradicionalmente un referente de incorruptibilidad y profesionalismo, emblemático en el bien proceder de las instituciones públicas, de gran cercanía con la población, ya que su sola presencia restablece la tranquilidad y asegura el imperio del orden y de la ley.
Es por eso que la ciudadanía está conmovida con la secuela de actos cuestionables en la institución, que afectan principalmente a los altos mandos, primero por un escandaloso y millonario fraude y, actualmente, por eventuales procedimientos incorrectos en un proceso de investigación, lo suficientemente grave como para que se abra una investigación en contra de la Unidad de Inteligencia Operativa Especializada de Carabineros, por obstrucción a la investigación y falsificación de instrumento público, en la denominada Operación Huracán.
La acusación es alarmante en cualquier caso, pero altamente intranquilizadora para cada ciudadano chileno, al tratarse justamente, ni más ni menos, que del accionar de nuestros carabineros y sus desencuentros con la Fiscalía, la acusación fundada de manipulación de la evidencia alterando archivos telefónicos de supuestas conversaciones inculpando a acusados, abre la posibilidad que en otras circunstancias se haya actuado de ese modo, situación definitivamente inaceptable y que arroja, sobre los procedimientos policiales en su conjunto, una duda que pone en tela de juicio la veracidad de informes previos en toda clase de delitos.
Sin embargo, la incorrección de los procedimientos utilizados no debe ocultar el hecho que los delitos que se investigan han ocurrido y siguen ocurriendo, atentados contra personas, quema de camiones, de iglesias y siembras, sin que se pueda encontrar a los autores, como una muestra de absoluta y desmoralizadora ineficiencia del Estado para proteger la seguridad de las personas y sus bienes.
Es evidente que se ha llegado a un punto de no retorno en cuanto a la necesidad de una reforma profunda e integral de las estructuras de la seguridad nacional. La conformación y funcionamiento de la policía chilena no puede seguir como está, a las falencias masivas en el área administrativa y financiera se han agregado delitos al área de operaciones policiales de Carabineros. El alto mando y el General Director no están a la altura de los niveles que Chile necesita, la gran mayoría de los carabineros de Chile no se merecen las actuales circunstancias de su institución.