La ambigua posición del gobierno frente al consumo de drogas
09 de Enero 2018 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Puede ser que se trate solo de evidencia circunstancial, pero la autoridad más clara y enfática en señalar los riesgos del consumo de marihuana, Mariano Montenegro ya no es el director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda). Médico psiquiatra, consultor de la OEA y miembro de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile, ha comentado en este medio el estudio realizado por universitarios, en siete universidades de la zona, que detectó altísimos niveles de consumo de alcohol y drogas en los jóvenes.
Al hacer una comparación con un estudio similar en la Universidad Católica de Santiago, concluye que las cifras son parecidas al 25% de consumo de marihuana en Concepción. Por otra parte, si bien es cierto que en último estudio de Senda se había estabilizado el consumo en los mayores de edad, la realidad es otra en lo referente al consumo juvenil, efectivamente, en los jóvenes hasta 25 años “creció de una forma brutal, de 24% a 34%, y eso fue la subida más grande que tuvo cualquier segmento etario en Chile, y no ha parado de subir”
Resulta casi inexplicable que en todo el período presidencial, que se encuentra en sus días postreros, no haya habido una posición transparentemente comprometida con el control de drogas, que se haya limitado a declaraciones o publicaciones de documentos, pero sin la voluntad política de hacer algo efectivo al respecto, de aplicar medidas, predominando una actitud de cálculo en costos políticos.
La evidencia internacional es elocuente, al existir estudios que muestran los resultados de la liberación del consumo de marihuana en los estados de Colorado, Oregon y Washington, los primeros que la legalizaron, son los estados de mayor alto consumo de marihuana en Estados Unidos. Aumentó el tráfico, porque solo el 30% le compra al comercio establecido y el resto con traficantes que les venden a los adolescentes ilegalmente. Se elabora golosinas con marihuana, que tienen un componente de THC de hasta un 60%, por lo que han llegado a los servicios de pediatría niños intoxicados de 8 meses hasta 5 años.
La evidencia de la política de Islandia frente a una situación de esta naturaleza es convincente, si bien es cierto la población de ese país no alcanza a las 400.000 personas, las medidas tomadas indican que puede haber cambios positivos, en plazos acotados, si se actúa eficientemente, sin cálculos electorales, de ese modo, el porcentaje de sus jóvenes de 15 y 16 años que declaraban haber estado ebrios en el mes anterior cayó de 42% en 1998 a 5% en 2016. En el mismo período, el consumo de cannabis bajó de 17% a 7%, y quienes declaraban fumar cigarrillos cada día, cayeron de 23% a 3%.
Las políticas pasan por reforzar el compromiso de los padres, se legisló para poner determinados límites en cuanto al horario nocturno de los niños y jóvenes en las calles, pero, por sobre aquello, se estimuló la práctica de deportes y se amplió la infraestructura necesaria para practicarlos dotando a todas las escuelas o comunas de los necesarios implementos y recursos humanos.
Nuestro país tiene la capacidad para emprender iniciativas de esa naturaleza, aunque sea paulatinamente, el problema excede las capacidades de organismos especiales, se requiere para tener éxito una política de Estado, para tener en el futuro próximo mejores ciudadanos para Chile.