Editorial

La integración de las nuevas familia que habitan en Chile

Por: Editorial Diario Concepción 28 de Diciembre 2017
Fotografía: Agencia UNO

Como todo fenómeno de esta naturaleza, amplio, lento y constante, puede pasar desapercibido, sin embargo, para muchos chilenos es evidente que la población que circula por las calles, sobre todo en las ciudades más grandes, es diferente a la había hace poco menos de un decenio, tenemos ciudadanos de otras razas, más allá de nuestros vecinos tradicionales, los más cercanos a nuestras fronteras, de otras latitudes, con otros lenguajes, otros biotipos y color de piel.

El Chile aislado e insular se transforma en parte en un país multicultural, lo que para centenares de años de relativo aislamiento, representa un desafío cuya magnitud no terminamos de aquilatar, pero que se hace evidente al observar las tendencia del porcentaje entre población migrante en relación a la población nacional, que el año 2006 era sólo un 1% y el año 2015,se había casi triplicado; 2.7%, de esa manera el, porcentaje de hogares migrantes ya es el 4.6% y de ellos el 1.6 % de los migrantes han nacido en Chile.

Paulatinamente, se integran a la nueva demografía nacional nuevas familias de migrantes, con un factor interesante como indicador de cambios sociales; el 63% de estos hogares lo integran chilenos, en estos hogares la mayoría son hijos o nietos de extranjeros nacidos en Chile, seguido de adultos que forman pareja, un indicio más evidente que cualquier encuesta de opinión o seminario de expertos, que  más que de exclusión de inmigrantes en los hogares del país se aprecia inclusión con el resultado observable y en evolución de una   “nueva familia chilena”.

En total, el número de personas en hogares migrantes alcanza la decidora cifra de 831.463, el 44% de ellas nacidas en Chile, lo cual debe valorarse en términos constitucionales, es decir todo niño nacido en Chile es chileno, no importando el  país de origen de sus padres.

En términos del director nacional del Servicio Jesuita a Migrantes., esta situación confirma que no hay diferencia y “somos todos parte de una gran familia humana porque compartimos la misma dignidad, Y justamente el hecho de que se conformen familias mixtas lo muestra, así como al establecerse lazos de amistad o lazos laborales”. En la medida que esta integración se consolida y enriquece se hará más visible el aporte de los migrantes al desarrollo del país y menos énfasis en la exclusión, o la desconfianza.

Para el ministro de Desarrollo Social, “está faltando más inclusión social ya que en la población inmigrante es donde más pobreza multidimensional existe”, por lo cual se requiere apoyo en los períodos de integración a una nueva cultura y a una sociedad distinta en ritmos y aspiraciones, lo que podría ser menos complejo  por ser los hogares de migrantes mucho más parecidos a los hogares chilenos de lo que se cree, con una estructura nuclear, con hijos y con nietos, con sus suegros, con otras familias, según el diagnóstico de los sociólogos.

El perfil de los migrantes muestra aspectos que contrastan positivamente en el mundo del trabajo, por su seriedad, laboriosidad, cumplimiento y una serie de competencias transversales que establecen un contraste con lo que es usual en muchos trabajadores chilenos, lo que han descubierto los pequeños empresarios tanto del comercio como los del sector agropecuario.

Se está produciendo una transformación con nuevas oportunidades en la población chilena, hacerlo bien es una indudable labor de Estado.

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