Entre todos los incesantes cambios del modelo tradicional de la educación superior, uno de los de mayor impacto ha sido la incorporación de la lógica de calidad a través de agencias de evaluación y acreditación, a tal dinámica el sistema incluye la necesidad de aseguramiento de calidad de otras formas de educación, como la educación superior virtual.
La formación en ambientes virtuales surge como nuevo paradigma metodológico, tanto para la investigación, como para la generación de nuevas estrategias y procesos educativos; obliga a las instituciones educativas que los implementen, a demostrar la cohesión entre calidad pedagógica y calidad tecnológica. Garantizar que la calidad de los aprendizajes sea la misma, que la única diferencia es el medio, pero que los resultados y logros sean equivalentes
Los ambientes virtuales en el contexto de la educación, se pueden definir como espacios para los procesos formativos que exhiben como característica particular el empleo de las tecnologías de la información y de la comunicación. De esa manera, los ambientes virtuales son otra forma de prestación del servicio docente, para asegurar la adecuada comunicación didáctica y pedagógica del docente con los estudiantes.
Existe en la actualidad todo tipo de programas de esta naturaleza, aunque algunos de ellos resultan del todo precarios, ya que no basta para rotular como educación virtual cualquier intento de trasmitir conocimiento utilizando computadoras, poco más que un curso por correspondencia, por ese motivo, en la sociedad en general, así como en muchos espacios de la academia, y de los gobiernos, hay una comprensible espacio para la desconfianza sobre la de la pertinencia y calidad de esta modalidad de aprendizaje.
El Diario Oficial del 17 de noviembre recién pasado, se refiere a la Comisión Nacional de Acreditación y a la aprobación del complemento de las pautas de acreditación institucional en materia de formación virtual, definiéndola como” las actividades, acciones e interacciones entre docentes y estudiantes que se producen tanto en línea, (on line) como de manera asincrónica (off line)”, allí se establecen los diversos criterios y aspectos y su correlato virtual tanto en gestión institucional, como en docencia de pre y postgrado.
La calidad de un programa con esta modalidad debe asegurar que los cursos ofrecidos en este ambiente potencien en el estudiante el desarrollo de sus máximas capacidades para interactuar e interrelacionarse con docentes y compañeros y aprender en un ambiente educativo mediado por las tecnologías de la información y de la comunicación.
En la Declaración Final de la Conferencia Mundial de Educación Superior de Paris, 2009, se reconoce que la enseñanza abierta y a distancia y las informaciones y comunicaciones tecnológicas, presentan oportunidades para ampliar el acceso a la calidad de la educación, pero al mismo tiempo advierte que esta oportunidad establece desafíos a la calidad de la educación superior.
Acreditar esta forma de educación es el eslabón faltante en educación superior, o formación continua, la virtualidad es una herramienta de enorme valor que permite el acceso de muchas personas que por diversos motivos no pueden desarrollar actividades educativas presenciales, siempre y cuando se pueda asegurar su validez y la existencia de una cultura de calidad en las instituciones que las ofrecen.