La calidad del aire que respiramos no tiene connotaciones negativas en las estaciones del buen clima, el viento que cruza la ciudad, la tibia brisa, se tiende a olvidar lo fácil que es desmejorarla, el estado crítico visible y palpable en el invierno, o el frío otoño. Por tanto, aunque parezca extemporáneo, es indispensable la iniciativa al respecto del Consejo de Ministros para someter a votación el Plan de Descontaminación Ambiental, Conce Respira, que pese a los anuncios que se han hecho, no estará en vigencia antes del término de este gobierno.
Hay que recordar que en abril de este año el ministro Marcelo Mena llegó a la zona para lanzar la consulta pública entre la ciudadanía de las 10 comunas implicadas, además de los empresarios y gremios productivos que estarán obligados a reducir en un 44% las emisiones contaminantes, la consulta terminó en julio, tras lo cual la autoridad comenzó a abordar y responder el medio millar de observaciones que recibió el plan en sus distintos aspectos, según la información provista en su oportunidad por el seremi de medio ambiente.
En las estimaciones preliminares del ministro de la cartera el plan estaría en vigencia en nuestra ciudad antes del término del gobierno. Sin embargo, si por alguna razón se llegara a aprobar en diciembre todavía haría falta la revisión por la Contraloría, con plazos del todo inciertos. A pesar de esta situación, se da por seguro que durante el invierno próximo las 10 comunas del Gran Concepción tendrán que atenerse a las medidas contempladas en la gestión de episodios críticos de contaminación.
Según los cálculos del Ejecutivo, el plan Conce Respira, puede alcanzar sus metas en poco más de la mitad de los 10 años de plazo que se había calculado para implementarlo, con un costo aproximado de 220 millones de dólares de las medidas, que en materia ciudadana serán focalizadas en recambio de calefactores y aislación térmica de viviendas, beneficios a los cuales las personas tendrán que postular. Según se ha informado, la selección no tendrán ningún criterio relacionado con el estrato socioeconómico de los postulantes, sino que exclusivamente de ubicación dentro de las zonas más contaminadas.En Europa, donde se han impulsado vigorosos programas en este sentido, se ha verificado que el número de víctimas debido a la mala calidad del aire es superior al de los accidentes de tráfico, además de deteriorar la calidad de vida. En todo el mundo, causa pérdida de días laborables y hace necesario gastos elevados en materia de asistencia sanitaria, siendo los niños y las personas de edad avanzada la población más afectada, ya que todos ellos son particularmente vulnerables. Por otra parte, la contaminación atmosférica también causa daños en los ecosistemas debido al aumento excesivo de nitrógeno y a la lluvia ácida que provoca.
Hay además otras medidas conocidas, aunque no todas sean valoradas como se debiera, el recambio de centenares de buses, la incorporación de filtros de partículas en la flota y la creación de 100 kilómetros de ciclovías, por ejemplo, o exigencias a la industria para reducir las emisiones. El cuidado de los árboles, que la evidencia científica indica con capacidad para mejorar la calidad del aire, al filtrarlo y liberarlo de partículas contaminantes dañinas para la salud humana. Son cambios de actitud impostergables ante un asesino silencioso.