Editorial

El eventual impacto de los cambios demográficos en Chile

Por: Editorial Diario Concepción 27 de Octubre 2017
Fotografía: Archivo

La migración hacia Chile fue históricamente leve, salvo acciones gubernamentales para traer colonos alemanes al sur del territorio, o acciones encaminadas a dar asilo a españoles terminada la Guerra Civil de la Península. Solía ser de países vecinos, compensada en parte por migración de chilenos en busca de mejores destinos. El punto de equilibrio empieza a desestabilizarse, las cifras de inmigrantes han aumentado considerablemente y el perfil genético chileno puede experimentar cambios paulatinos.

Según datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen), la población de inmigrantes alcanza las 465 mil personas. Por su parte, la jefatura del Departamento de Migración y Extranjería, estima que habrá una cantidad de migrantes entre 500 mil a 600 personas en un futuro próximo. Por ejemplo,  si en 2014 había 763 haitianos con permanencia definitiva, en 2016 hubo 3.647, es decir, un aumento de 377% en dos años. Para el caso de los venezolanos, se pasó de 685 en 2014 a 1.737 en 2016, lo que representa un alza de 153%.

En el intertanto,  la población chilena crece a ritmo menor, como se detecta en los datos preliminares del último censo, que informa de  17.373.831 personas, cifra menor a la esperada, pero explicable, si se examina el Índice de Fecundidad del país, es decir, el  número medio de hijos por mujer, que es sólo de 1,79, una situación que no garantiza una pirámide de población estable, la cual requiere de un índice de fecundidad no inferior a 2,1 por mujer, descrita como fecundidad de reemplazo.

Otra circunstancia parece digna de atención en este escenario, es la disminución de matrimonios y la postergación de éstos en la sociedad chilena. En efecto, solo el 4,9% de los menores de 30 años en el país están casados, en contraste con la situación de tres décadas previas cuando en Chile el matrimonio era una etapa que se iniciaba luego de terminar los estudios universitarios y pocas parejas optaban por la convivencia. En 1990, cerca de 100 mil personas se casaban al año.

A partir de esa fecha, los matrimonios comenzaron a disminuir, para 1995 hubo 88.303 enlaces y 10 años después, solo 67.397. Cifras que se mantienen a la fecha sin grandes variaciones, con 64.431 uniones en 2016, una disminución que se aprecia con más fuerza en el grupo de jóvenes entre 15 y 29 años. En 1990, el 27,4% de ellos estaban casados, la Encuesta Casen muestra que este porcentaje desciende  en 2015 a solo 4,9%. Es decir, una caída de 22,5 puntos en 25 años.

Sin embargo, se observa un  fenómeno nuevo para los chilenos; el aumento de los matrimonios mixtos, es decir aquellos de  chilenos o chilenas con extranjeros migrantes. Según el  Registro Civil, si en 2011 hubo 1.429 de estos enlaces, en 2015 aumentaron a 5.144, un incremento de 266%. Paralelamente, mientras los nacimientos de los niños de padres chilenos han disminuido en un 9,3%, la tendencia es opuesta  en matrimonios entre un connacional con pareja de otro país, que en el mismo periodo aumentan el número de hijos de 11.170 a 13.464 y  los matrimonios extranjeros de 6.875 a 8.603, Es decir, en dos años, ese tipo de matrimonios ha aportado al crecimiento demográfico del país 4.021 nuevos hijos.

La sociedad chilena tiene que hacerse cargo de estos cambios demográficos, un cambio genético que demanda acciones transversales de inclusión y representa, bien llevado, una nueva oportunidad de desarrollo.

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