Editorial

Baja inversión y alta burocracia en investigación nacional

Por: Editorial Diario Concepción 19 de Septiembre 2017
Fotografía: Agencia UNO

En el diario bregar por sacar adelante la reforma educacional, aunque sea a trozos, se ha perdido, por la misma causa, tiempo precioso, las instituciones, en vez de aplicarse a lo que les es propio, han tenido que gastar tiempo considerable en estudiar sucesivas propuestas y contrarréplicas, tratar de avanzar ante obstáculos de una propuesta original de buenas intenciones pero con desprolijidades evidentes y algunos  cambios que resultaban a todas luces lesivos.

En ese ambiente, que no termina de dilucidarse, llegan noticias  de los resultados de la última clasificación de universidades en el mundo. El  director del ranking que anualmente elabora la firma británica Times Higher Education, Phil Baty, hace un resumen, que como sumario de una situación compleja puede resultar no del todo justo, pero que más o menos permite hacerse una idea de la tendencia general en la región, al indicar  que la burocracia es una de las principales trabas que enfrentan las instituciones, situación a la cual se suma una insuficiente provisión de recursos que se destinan a las universidades.

La más reciente clasificación de Times, incluye mil universidades provenientes de 77 países, en Latinoamérica, lidera Brasil, con  21 universidades en la lista, aunque con un número de establecimientos menor al del año pasado, cuando 27 de sus instituciones figuraron en la clasificación. Lo mismo pasó con México, que cayó de siete a tres universidades. El ranking muestra que aunque Colombia destaca con cinco instituciones, dos de ellas descendieron en la franja si se les compara con la medición de 2016.

La situación, para los parámetros utilizados por esta organización, identifica a Chile, con 13 universidades en su lista, como el segundo país de la región con más instituciones clasificadas, sin embargo, al analizar los resultados se observa que en conjunto han bajado en la tabla de posiciones. De ese modo los tres grupos de las mejores universidades chilena: universidades Católica y Federico Santa María, Universidad de Chile, Universidad de Concepción, Austral y de La Frontera bajaron en sus respectivos tramos.

El ranking británico está principalmente basado en la reputación e investigación de alto impacto, sin considerar mayormente otros productos de las instituciones de educación superior, como la calidad de sus profesionales o el impacto social en las comunidades, por aludir a otros factores presentes en otras formas de avaluación, pero señala inequívocamente el costo de restar medios a la importante misión universitaria de contribuir a la investigación, desarrollo tecnológico e innovación.

Los países asiáticos, en cambio, han dispuesto un fuerte respaldo en inversiones. Chile, con un paupérrimo 0.5% del PIB para la investigación, hace lo que puede, que es insuficiente para competir en condiciones razonables. La creación del nuevo Ministerio de  Ministerio de Ciencia y Tecnología, podría ser la solución, si sus propósitos se vieran respaldados como se debiera, de otra manera sería otro agregado a una superpoblada burocracia y una nueva fuente de polémica sumada a las ya existentes.

La educación superior chilena ha estado en el escenario de la polémica los últimos años, para crecer y desarrollarse requiere de una definición que responda a las demandas de sus comunidades y a las necesidades de  desarrollo del país, un problema de Estado más que una postura ideológica.

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