Superado el capítulo de la división regional, no en sus consecuencias, todas por verse, es cada vez más visible uno de los factores que condujeron a esta situación, que bien vale la pena examinar, porque de lo contrario se arriesga nuevas diásporas, no importa que sean en pequeña escala, de comunidades de vecindad aparente, pero con puentes rotos, desencuentros y rivalidades ocultas bajo un cuidadoso procedimiento de buenas maneras, que en algún momento se expresa en litigios y conflictos.
Uno de los motivos de la división regional fue la incapacidad colectiva de sus líderes para encontrar puntos de encuentro que les permitieran, con todas las cartas sobre la mesa, pensar como las políticas de desarrollo regional y recursos podían alcanzar el mejor nivel de distribución, de tal manera que nadie se llevara la parte del león, que todo el colectivo de responsables, sin importar el tamaño relativo de cada comunidad, fuera partícipe de lo que ocurriera, para generar una meta común y un desarrollo equitativo y justo.
Faltó crecer en armonía, faltó generosidad y capacidad para actuar concertada y sinceramente en la búsqueda del bien común, favoreciendo la ganancia política oportuna y de corto plazo.
Hay, sin embargo, nuevas oportunidades de mejorar este modelo de probada trayectoria de colisión; la tarea conjunta de todas las municipalidades regionales de la nueva, y en proceso de reingeniería, Región del Bío Bío. Un interesante paso en esa dirección lo indica la Asociación de Municipalidades del Bío Bío, al plantear, de modo conjunto, antiguos y comunes problemas de las comunidades locales; de conectividad, medioambiente, transporte e, incluso, de diseño territorial, que muchas veces impide un buen desarrollo de las ciudades y disminuye la calidad de vida de sus habitantes, situaciones que se repiten en las comunas pertenecientes al Concepción Metropolitano.
El comunicado da cuenta de una reunión de alcaldes para conformar la Asociación del Área Metropolitana, ante la común preocupación por el desarrollo urbano, específicamente se refiere al Gran Concepción, con la observación que continuamente se planifica desde nivel central, sin contar con una mirada adecuada de cada una de las ciudades que le componen. Según un alcalde asistente a ese encuentro, “no tenemos ni voz ni voto para definir proyectos”, por lo cual se estima de extrema necesidad constituir la asociación, para tener una mirada en conjunto, lograr una activa participación y opinión sobre los eventuales instrumentos de planificación territorial que se decida crear.
Los argumentos que se esgrimen para tener una visión de conjunto es justamente el tipo de circunstancias que permitiría aunar y consensuar las iniciativas a nivel intercomunal y en mayor escala, pero de similar estrategia, en el ámbito de la nueva Región del Bío Bío, ante los desafíos que afectan a todos, el uso y destino del territorio, los planos reguladores de las ciudades, el tema medio ambiental, conectividad, en un largo listado donde cada decisión afecta el conjunto y, por lo tanto, no resulta conveniente que cada segmento de ocupe de lo suyo, empleando sus propias fortalezas, lo que prontamente puede resultar en asimetrías e inequidades.
La lección de la segmentación regional es suficientemente elocuente como para aconsejar cambios de rumbo, actuar en conjunto, descentralizadamente, es el modo de potenciar la región y cada uno de sus componentes.