Editorial

La solapada realidad de las carreras clandestinas

Por: Editorial Diario Concepción 16 de Agosto 2017
Fotografía: Referencia | Agencia UNO

Nuevamente, como una nota policial más, se informa de la muerte de tres jóvenes penquistas en un accidente cuyas características resultan compatibles con una carrera clandestina, el hecho es reciente, los peritajes no han sido informados y falta esclarecerlo a cabalidad, pero pone sobre la mesa un problema latente, que se olvida ante las realidades emergentes de todos los días, un modo nefasto de recordar que las medidas de prevención y resguardo no pueden bajar de intensidad, sin la debida cobertura desaparecen de la atención y recrudecen en frecuencia y gravedad.

En una publicación del Senado, en mayo de 2014, se transcribe la discusión entre un grupo de parlamentarios sobre este tema, las carreras clandestinas de automóviles donde participan adolescentes con el propósito de frenarlas con penas acordes, los congresistas adelantaron el debate en general, cuestionando las bajas sanciones que hoy existen y la imposibilidad de perseguir tanto a los conductores como a los organizadores.

Los trámites legislativos que siguen dan una idea de las dificultades para llegar a un acuerdo útil para los propósitos señalados, el necesario informe de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones para modificar la Ley de Tránsito y sancionar a los conductores y organizadores de carreras de vehículos no autorizadas, del mismo modo se involucra a la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia para revisar la penalidad que se propone y largo etcétera.

El debate de los senadores es aleccionador a la hora de observar criterios, desde los que buscan proporcionalidad de las penas en relación a otros delitos, relativizando los hechos, a otros que aluden a la generación de nuevas situaciones sociales que requieren medidas que tengan por objeto inhibir que se vuelva a cometer el delito, objetivo que no se podría conseguir con penas bajas, proponiendo penas drásticas ya que desde ese punto de vista, ni la gradualidad, ni la proporción deberían ser dogmáticas.

En la actualidad, el problema afecta a varias ciudades del país y particularmente a la región del Bío Bío, como ejemplo, el sector Palomares de Concepción, el camino a Santa Juana, la Ruta 160 y la autopista Concepción-Talcahuano, son sectores que regularmente son escenario de las carreras de autos clandestinas. Sitios donde se realizan piques a alta velocidad, generalmente en las noches y los últimos días de la semana, o en la ciudad de los el resurgimiento de las carreras clandestinas, o en la ciudad de Los Ángeles, donde han resurgido después de haber desaparecido por varios meses luego de la muerte de un conductor de alta velocidad en la Avenida Alemania.

En la práctica sólo se contempla una infracción a quienes sean responsables de estas carreras que ellas son sancionadas con una figura genérica de la Ley de Tránsito puesto que no implica un delito. Desde 2006 han sido ingresados cinco proyectos de ley, con modificaciones a la Ley de Tránsito y el Código Penal, para sancionar específicamente las carreras clandestinas en autopistas y otras rutas. Sin embargo, hasta la fecha, ninguna ha prosperado en su larga tramitación en el Congreso.

El escenario es preocupante, jóvenes con recursos familiares suficientes como para disponer de vehículos de alta gama y antecedentes de consumo alto de alcohol, o drogas. La ley tiene que estar, pero tiene que estar a tiempo, hay vidas en juego.

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