Editorial

La persistente desprotección de las Pymes

Por: Editorial Diario Concepción 02 de Agosto 2017
Fotografía: Copesa

El mundo de la economía tiene fenómenos que resultan a veces difíciles de comprender para el ciudadano común, por ejemplo entender por qué las pequeñas y medianas empresas (Pymes) tienen especiales dificultades, a pesar del hecho conocido que estos emprendimientos son  fundamentales para el desarrollo del país. Efectivamente,  cerca del 90% de las empresas creadas cada año corresponde a este sector y además, son responsables del 80% de los nuevos puestos de trabajo generados al año.

A pesar de esa importancia que todo el mundo productivo reconoce, las Pymes deben enfrentar toda suerte de barreras, una serie de problemas que obstaculizan su crecimiento, desarrollo y consolidación, desde su autorización, luchando con una maraña burocrática, hasta una supervisión  e inspectoría de los órganos del Estado que resultan desproporcionadamente intensos en comparación con acciones de igual propósito en las grandes empresas

Por supuesto, una de las dificultades mayores está ubicada en el área del financiamiento. Aunque por lo general las primeras acciones tienen como respaldo un capital semilla del propio emprendedor, la implementación y robustecimiento del proyecto requiere apoyo económico y es en este punto cuando surgen las dificultades de acceso a financiamiento,  ya que en general la banca prefiere invertir en empresas más grandes que presentan un riesgo menor a la hora de cumplir con sus compromisos.

Según un estudio del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), se trata de un problema que afecta en mayor o menor medida a todas las economías en el mundo, sean desarrolladas o no. Se ha constatado que mientras más pequeñas son las empresas, más difícil se hace el acceso al financiamiento, además, cuando el crédito es concedido muchas veces se hace en condiciones tan rigurosas y leoninas que resultan ser más una amenaza que una ayuda constructiva.

Se ha conocido en fecha reciente, en medio del escenario de desaceleración, que hay un aumento, que ya era abusivo, de la demora en los pagos a las pequeñas y medianas empresas. Así, el  plazo promedio de pagos a las pymes por parte de los grandes compradores, en su mayoría grandes compañías, se estancó en el segundo trimestre de 2017 en relación al primer cuarto de este año, registrando una nueva y considerable alza frente al mismo período del año pasado.

La información proviene del Ranking de Pagadores, la Bolsa de Productos de Chile y la Asociación de Emprendedores de Chile, mostrando que el plazo promedio de pagos a las pymes se situó en 55 días en el segundo trimestre de este año. En términos concretos, esto significa que el pequeño empresario no tiene dinero producto de sus ventas hasta dos meses más tarde y debe pagar impuestos, además de remuneraciones, aportes previsionales y largo etcétera, impostergablemente, todos los meses.

En pocas palabras, el proyecto de muchas Pymes, con estas dificultades sumadas, está en trayectoria de colisión y del mismo modo los proyectos de vida de sus trabajadores. Las cifras de fracaso son abrumadoras, las estadísticas indican que, en promedio, el 80% de ellas fracasa antes de los cinco años y el 90%  no llega a los 10 años. Situación paradójica si conforman un pilar del desarrollo del país.

Se proclama, apenas ha lugar,  el compromiso de apoyar a las Pymes, la inconsecuencia es impresentablemente evidente.

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