Hay en los medios ruidos suficientes para distraer la atención del ciudadano chileno, entre deporte y política, confluyendo con notables grados de intensidad, del primero se espera un rápido retroceso, de la segunda una pronta intensificación, los resultados de las primarias darán paso a los ya tradicionales ríos de tinta. Solapadamente, como suelen serlo las malas noticias, los índices de empleabilidad de los chilenos muestran cifras ingratas.
Justamente en medio de ese estrépito, el pasado fin de semana, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó sobre la tasa de desocupación del trimestre enero-marzo de 2017, con dos datos entre otros muchos, de impacto evidente, el primero es el hecho escueto que el empleo asalariado bajó por cuarto período consecutivo, el otro es de suyo ambiguo; hubo una fuerte alza de los trabajadores por Cuenta Propia, que podría actuar como un dudoso atenuante del aumento de las cifras de desocupación, aunque en parte alguna se menciona la palabra cesantía, que se cierne sobre esos datos como una mala sombra.
En efecto, mientras que los trabajos independientes aumentaron un 6,6% en doce meses, los asalariados bajaron un 0,4%, según las últimas cifras del INE, correspondientes al trimestre enero-marzo de 2017, según las observaciones del Banco BBVA, la economía creó sólo empleos independientes en el trimestre móvil terminado en marzo, insuficiente para detener el aumento de la tasa de desempleo, de esa manera, en el período señalado se crearon en total 117 mil empleos, como resultado de un alza de 109 mil puestos en la categoría Cuenta Propia y 48 puestos de Empleadores y destrucción de 25 mil empleos Asalariados.
Por las situaciones descritas al inicio, no ha terminado de socializarse el duro análisis del documento del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Clapes UC); “Informe Laboral. Radiografía al empleo por cuenta propia”, con un detallado escrutinio de la situación, que en resumen indica que el empleo por cuenta propia lidera el aumento anual del empleo, superando ampliamente a la creación de empleos asalariados en el sector privado.
Las cifras dan cuenta que el 70% del incremento anual de ocupados corresponde a autoempleos, con la importante acotación que los empleos por cuenta propia tienen ingresos considerablemente menores a otras categorías ocupacionales, como el asalariado privado y el asalariado público, y virtualmente carecen de protección social. También se ejercen proporcionalmente más en la calle que otros tipos de empleo y son afectados en mayor proporción por el fenómeno del subempleo.
En materia de ingresos del trabajo, los datos son claros en mostrar los menores ingresos de los trabajadores por cuenta propia relativos a los asalariados. En el trimestre octubre-diciembre de2014, el ingreso medio mensual de los asalariados en el sector privado era de$488.767 y el de los asalariados en el sector público de $702.8612, mientras que el de los ocupados por cuenta propia era $272.0613.
Como en otros aspectos de la realidad nacional, hace falta sincerar los significados, esta situación expone un estado de cosas insatisfactorio y preocupante, una cifra que enmascara una circunstancia inaceptable para una economía sana como la nuestro país necesita y merece.