Las explicaciones simples, con una lógica aparente, pueden ser suficientes para dejar algunos asuntos sin tocar, como verdades establecidas, podría ser este el caso cuando se analiza en el impacto de la construcción de viviendas en la economía de las naciones.
Resulta relativamente fácil concluir, a partir de hechos fácilmente observables, que a mayor construcción, mayor progreso. Las explicaciones son todas factibles al considerar el aumento de la producción en muchas áreas y servicios que se hace necesario para construir, con solo iniciar un listado de insumos se observa rápidamente la diversidad de materiales y servicios que se movilizan para hacer posibles los proyectos inmobiliarios.
El segundo pensamiento es, sin embargo, qué está primero, en otras palabras, si el crecimiento es un resultado o un requisito de la construcción, se ha sugerido que creer que la construcción de viviendas pudiera ser el motor del crecimiento del país, sería exagerar su relevancia en la actividad económica, al no considerar las limitantes del mercado y el apoyo que requiere del sistema financiero.
En lo relativo al mercado, este está conformado por grupos familiares o personas que tienen los recursos, o en su defecto, acceso, a sistemas de financiamiento como para adquirir las viviendas y, a menos que se trata de ventas al contado, tengan una estabilidad laboral suficiente para tranquilizar a las partes en cuanto al pago de créditos, por lo general a largo plazo. En cuanto a las fuentes de financiamiento, estas deben tener la posibilidad de ofrecer planes de pago en concordancia con el nivel de ingresos de las personas o familias.
Ambos factores pueden estar perfectamente presentes en el reciente escenario descrito por la Cámara Chilena de la Construcción al informar que la venta de viviendas nuevas subió 17% en el Gran Concepción entre enero y abril de 2017, según los datos recogidos por la organización de 48 constructoras e inmobiliarias sobre la comercialización de 165 proyectos, de los cuales 100 correspondían a departamentos y 65 a casas, ubicados en el Gran Concepción y que representan el 95% del mercado inmobiliario.
Los departamentos más vendidos fueron aquellos cuyo precio fluctuaba entre UF 1.500 y UF 2.499 (64%). En el mercado de casas, el 21% se concentró en el tramo desde las UF 3.000 a las UF 3.999. con mayor alza en la venta de casas en Talcahuano, que concentró el 26% de la demanda, seguido de Concepción (21%) y de San Pedro de la Paz con el 20%. En el caso de los departamentos, el 64% de las ventas totales correspondió a unidades emplazadas en Concepción, seguido de las comunas de San Pedro de la Paz (17%) y de Talcahuano 9%.
Estos positivos indicadores contienen una iniciativa que ha permitido acercar los proyectos a las necesidades de las personas, la Feria Inmobiliaria Finco, que permite mostrar una amplia oferta de posibilidades y mancomunar esfuerzos con el sector financiero, haciendo posible la casa propia, con los necesarios grados de libertad que permita ajustar sus características a los futuros usuarios, en correspondencia con las tendencias actuales de habitabilidad y entorno.
Es esperable que estas tendencias se estabilicen para mantener el círculo virtuoso de una economía estimulada por la construcción de viviendas, que permita avanzar en el diseño de una mejor ciudad.