Editorial

Nuevo aniversario de la Universidad de Concepción

Almas menos resueltas habrían postergado esta iniciativa hasta tener realidades más favorables, no era el caso de los visionarios penquistas de la época, en medio de las incertidumbres la fuerza de la idea prendió sólidamente en las riberas del Bío Bío".

Por: Diario Concepción 14 de Mayo 2017

Ad litteram; "Adelantándonos un poco, podemos declarar que deseamos que la Universidad de Concepción sea autónoma, completa, moderna, con personalidad jurídica, por tanto capaz de adquirir derechos, contraer obligaciones, estar capacitada para recibir legados i disponer de patrimonio propio" estas líneas en prolija caligrafía, pueden leerse en la página tercera de la primera acta fundacional de esta casa de altos estudios.

El acta está fechada el 23 de marzo de 1917, es decir, todavía en incerteza, pero absolutamente decididos, los fundadores de la Universidad habían puesto hace un siglo su primera piedra, la más compleja; la de la idea y la voluntad. La declaración parece atemporal, perfectamente podría haber sido escrita para establecer su posición en el farragoso asunto de la reforma de la educación superior, instancia en la cual es fácil confundir lo relativo con lo absoluto, lo permanente y lo propio de la coyuntura del momento.

Una de las dificultades para encontrar el auténtico significado de los episodios históricos para sus protagonistas es el contexto, sin una reconstrucción del escenario, posiblemente se piense en asuntos del ayer con las mentalidades de hoy, determinado una distorsión evidente, examinar, por ejemplo que estaba pasando cuando un grupo de vecinos penquistas y otros actores de las sociedad, enfrentaron el desafío de fundar una universidad.

El censo de población de la República de Chile, levantado el 15 de diciembre de 1920, aunque ocurre tres años después del inicio de las actividades fundacionales, sirve para tener una idea aproximada de la situación de la capital penquista por esas fechas; la ciudad tiene 82.600 habitantes, aproximadamente 72.000 de ellos urbanos, el 86%, otros 11.500 son encuestados como rurales. La mayoría hombres; 37. 800 y 44.800 mujeres.

Para hacerse una imagen del capital humano profesional, en el área de la salud laboran 21 dentistas, 38 médicos, 180 enfermeros, 49 farmacéuticos y 32 parteras, estas cifras son significativas, porque el proyecto de universidad estaba vinculado estrechamente con el de tener un hospital clínico para Concepción y el sur de Chile, ambas instituciones para salir al paso a la orfandad de recursos en altos estudios y en salud en que se encontraba esta parte del territorio.

En ese mismo año, inmersa en la primera guerra mundial, Gran Bretaña establece racionamiento del pan, abdica el zar Nicolás II y Lenin es nombrado Jefe de Estado, Chile ve amenazada su economía por la producción sintética de salitre, por la apertura del canal de Panamá, restando importancia a nuestros puertos. La salud de la población es precaria, con altísima mortalidad infantil y alta cesantía por cierre de salitreras.

Almas menos resueltas habrían postergado esta iniciativa hasta tener realidades más favorables, no era el caso de los visionarios penquistas de la época, en medio de las incertidumbres la fuerza de la idea "la que había rebotado sin acogida en los fríos muros de la Moneda prendió sólidamente en las riberas del Bío Bío", como expresa Enrique Molina en sus memorias.

Cercana al centenario de las primeras clases dictadas en su aulas, la Universidad de Concepción no ha cesado de cumplir con el espíritu de sus fundadores, merecedora de un creciente prestigio y reconocimiento, comprometida, como desde el principio con el crecimiento regional y el de la patria.

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