Editorial

No es tan bueno ser mascota

En el comentario vernáculo, consagrado por cientos de años de práctica, que lo mejor es enemigo de lo bueno, se resume la nefasta tendencia tratar de dejar perfecta una propuesta agregándole detalles, tantos que a veces el resultado camina en sentido inverso al que se tenía en mente.

Por: Diario Concepción 09 de Mayo 2017

En el comentario vernáculo, consagrado por cientos de años de práctica, que lo mejor es enemigo de lo bueno, se resume la nefasta tendencia tratar de dejar perfecta una propuesta agregándole detalles, tantos que a veces el resultado camina en sentido inverso al que se tenía en mente.

Se puede utilizar el ejemplo del pintor sensible a la opinión de los críticos, que sin saberlo ellos, se ocultó tras un biombo para escuchar las recomendaciones de estos expertos en cuanto a mejorar su pintura, tomando cuidadosa nota de cada sugerencia. Otra vez solo, hizo a su tela todos los cambios recomendados para terminar con un mamarracho indescriptible.

Con aplastante y muy esperada mayoría se aprobó hace poco días el proyecto sobre tenencia responsable de mascotas y animales de compañía, más conocido como "Ley Cholito", para regular las obligaciones y derechos de los dueños y responsables de animales de compañía. Hasta ahí íbamos bien, el proyecto llegó a la cámara alta, repleta de sesudos personajes que empezaron a mejorar la propuesta, definieron aspectos según ellos faltantes, se clasifica a las mascotas, se identifican ministerios que tienen que preocuparse, se señala responsables de control, supervisión y castigo, un interminable etcétera que deja la ley más compleja que el movimiento de las celestiales esferas.

Hay duras consecuencias, pena de presidio menor en su grado mínimo a medio, multas, dependiendo del daño a la mascota e incluso inhabilidad absoluta perpetua de tenencia de animales para la persona cuya mascota dañe a terceros.

El célebre conflicto de para qué hacer las cosas simples cuando las puedes complicar, en resumen, con esta ley es difícil que se salven las mascotas indefensas del mundo.

PROCOPIO

Etiquetas