Editorial

Ciudadanos ocupados en la protección del medio ambiente

Nadie está ajeno a las amenazas para el medio ambiente, empezando por acciones delincuenciales o el daño, intencionado o por negligencia , la falta de cultura para respetar la naturaleza, la ausencia de valoración del patrimonio ambiental.

Por: Diario Concepción 02 de Mayo 2017

Aunque sea en medio de resistencia e ignorancia, a pesar de tener que lidiar entre defensas corporativas y fundamentalistas ajenos a la realidad, la protección del ambiente y la biodiversidad para asegurar la salud de nuestro planeta, no cesa de ganar espacios, en medio de declaraciones confusas, no pocas veces interesadas, llamando a la atenuación de estas dinámicas. Lo que está para quedarse, con desarrollo lento o acelerado, es el aumento de la percepción de la fragilidad del medio en el cual vivimos.

Como suele ser, la conservación de la biodiversidad depende tanto del marco regulatorio como político, no puede esperarse que espontáneamente la sociedad se ponga restricciones o que masivamente asuma que debe proteger su entorno. Por tanto, dadas las regulaciones, urge crecer en programas de educación, de motivación, en el complejo pero insustituible camino de cambiar conductas.

Uno de las modalidades más usadas a nivel mundial para proteger la biodiversidad ha sido la conservación de lugares específicos, en términos del artículo 2º del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, la conservación de los ecosistemas y los hábitats naturales y el mantenimiento y recuperación de especies en sus propios entornos, tanto como aquellas cultivadas que hayan desarrollado sus propiedades y características específicas.

Mundialmente, la forma más común de conservación ha sido el establecimiento de áreas protegidas, así en nuestro país se estableció en 1907 la primera unidad de Área Protegida terrestre, la Reserva Forestal Malleco. Incesantemente, con el paso de los años, se ha ido implementando más de treinta modalidades de Protección Oficial del Patrimonio Ambiental en Chile.

En ese contexto resulta particularmente relevante el acuerdo de cooperación firmado previamente con la Asociación de Municipalidades por la Protección de la Biodiversidad del Territorio Nonguén y otros ecosistemas, un acuerdo protocolizado por la Universidad de Concepción para llevar adelante el Plan de Contingencia frente a lo que se ha denominado multiamenazas para su territorio.

Nadie está ajeno a tales amenazas, empezando por las acciones delincuenciales, el robo de madera, cortando árboles nativos, el daño por negligencia o deliberadamente, incendios por parecida causa, la falta de cultura para respetar la naturaleza, la ausencia de valoración del patrimonio ambiental, de la herencia para nuestros hijos.

En ese acto participó la directora de la Coalición por el Clima y el Aire Limpio, una agencia de la ONU que agrupa a organizaciones de la sociedad civil que se involucran con la agenda global de descontaminación y adaptación al cambio climático, quien señaló los importantes beneficios derivables de este tipo de iniciativas, que promueven, como debiera ser, más interacción entre la ciencia y la toma de decisiones sobre políticas públicas. Desde la academia se señala el potencial de contribución y de obtención de nuevo conocimiento de académicos e investigadores de las distintas áreas de la Universidad.

Similar conciencia y política debería haber en todas las reservas y sitios protegidos, ni el mundo privado ni la res publica deberían estar ajenos a este compromiso, auténticamente de todos, por preservar lo que la naturaleza nos ha dado, una invitación a vivir en armonía con el planeta que nos transporta. 

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