Editorial

Análisis táctico vs. convicciones

Se espera que la clase política no actúe como grupos donde los principios fluctúan según las conveniencias, según la dirección de los vientos, sean éstos o no en la dirección de sus convicciones, donde priman claramente las primeras sobre éstas últimas.

Por: Diario Concepción 29 de Abril 2017

La Democracia Cristiana se encuentra en la encrucijada perfecta para mostrar a la ciudadanía su voluntad de jugar con las cartas sobre la mesa, a vista de todos, o dar lugar a una racionalización argumentativa, útil a la hora de transformar la transparencia en opacidad, presentando esta última como alternativa deseable y positiva, ante el desafío de decidir si presenta a la senadora Goic a las primarias, o, por el contrario, la hace concurrir en primera vuelta. 

Es una decisión clave la que tomará este día la junta nacional DC, una determinación ante la cual se podría repetir la fórmula usada por el PS recientemente, en caso de que se decida optar por una votación secreta. Esta vez, la ciudadanía está advertida, ya que no terminan de acomodarse las interpretaciones de lo sucedido hace algunas semanas, cuando el Partido Socialista escogiera a su candidato presidencial: el senador independiente y candidato del Partido Radical, Alejandro Guillier, prefiriéndolo con una votación de 67 votos contra 36, al ex presidente y miembro de su propio partido, Ricardo Lagos. 

En esa oportunidad, el nuevo comité central del PS, compuesto por 111 miembros, instauró el voto secreto, los proponentes de esta forma de actuar señalaron que de esa manera se aseguraba la votación libre y sin presiones, mientras, por la parte opuesta, había la convicción que la decisión debía ser abierta, no secreta, que todo el mundo pudiera conocer quién vota por quién y con qué argumentos, sobre todo porque los que votan no lo hacen a título personal, sino en representación de sus agrupaciones. 

Se entiende que los partidarios falangistas que defienden la opción de participar en las primarias oficialistas de la Nueva Mayoría, abogarán porque la junta nacional efectué una votación secreta y no a mano alzada. En términos de Nolberto Díaz, dirigente de la CUT y representante de una sensibilidad del partido, "toda votación legítima debe ser en urnas con voto secreto, porque eso es lo que da garantías para que la gente pueda votar con absoluta libertad. Sin presión de personas, grupos o barras", en contraste con la opinión de quienes apoyan la idea de Goic de llegar directo a las elecciones de noviembre. A su entender, las decisiones que adopten en la junta nacional deben ser "abiertas, transparentes y de cara al país", tomando debida cuenta de la crítica pública que hubo a la forma en que votó el PS, como expresa el vicepresidente y diputado DC, Matías Walker.

Para el ciudadano común, justamente aquel que ha vivido tratando de ser consecuente y marcar su tránsito en la comunidad bajo la orientación de valores propios del buen actuar, este tipo de situaciones de nuestros políticos, no hace otra cosa que confirmar sus razones para perderles confianza y respeto, observarlos como grupos donde los principios fluctúan según las conveniencias, según la dirección de los vientos, sean estos o no en la dirección de sus convicciones, primando claramente las primeras sobre estas últimas.

La democracia exige signos inequívocos de transparencia, sin temor a mostrar la cara cuando los votantes representan a otros, como es el caso. También es la oportunidad de demostrar que la clase política no está mirando su interés personal e inmediato, sino que está movida comprometidamente por la fuerza de sus propias convicciones. 

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