Editorial

Expansión de la educación superior y desarrollo nacional

Times Higher Education, identifica las que denomina potencias internacionales, que podrían llegar a desafiar a la élite de la educación superior, según indicadores académicos y económicos, Chile se encuentra en ese grupo.

Por: Diario Concepción 24 de Abril 2017

Por mucho que se pretenda cambiar el enfoque y las prioridades, que se preste para manipulación el necesario respaldo material con frases hechas y de probado impacto- como la importancia de dar prioridad a las personas- sin el sustento del crecimiento económico, las mejores intenciones naufragan fatalmente por falta de financiamiento. Como requisito, entre algunos otros, está el conocimiento, la educación de las personas, el nivel educativo de toda la población de un país y no solamente una cúpula privilegiada y menor.

Es tan efectivo este argumento que se ha considerado correcto parear ambos términos; expansión de la educación superior y crecimiento económico. A principios de este año, un análisis de una escuela de economía de Londres, sobre casi 15 000 universidades en 78 países, ha descubierto que duplicar el número de universidades en una región resulta en aumento de 4,7% en el PIB per cápita en ese área, en un plazo de cinco años.

En razón de lo anterior, la organización Times Higher Education, identifica las que denomina potencias internacionales, que podrían llegar a desafiar a la élite de la educación superior. Para llegar a identificarlas, ha analizado una serie de indicadores académicos y económicos, como la cantidad de trabajos de investigación publicados, la participación en la educación superior y el PIB per cápita. Con ese método ubica a siete países que ocupan un lugar de privilegio para alcanzar el éxito. 

En base a esa observación, confeccionó un acróstico, con las iniciales de los países que estiman tienen ese potencial; TACTICS: correspondiente a Tailandia, Argentina, Chile, Turquía, Irán, Colombia y Serbia que tienen la posibilidad de competir con las estrellas emergentes mundiales; las BRICS, o sea Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Describen que estos países tienen en común un PIB inferior a USD 15 000 por persona, pero al menos la mitad de la población joven está matriculada en la educación superior, una participación que ha crecido aproximadamente un 5 % o más entre 2010 y 2014, además de exhibir un notable avance en investigación, de, al menos, 30 000 publicaciones al año; y logran ubicar como mínimo, una universidad en las clasificaciones de las universidades del mundo. 

Por eso es que tan importante evitar improvisaciones y desprolijidades en la reforma educacional, como se ha reiterado majaderamente, cada paso ha de ser debidamente meditado y considerado en todos los aspectos posibles antes de romper con una tendencia deseable. Como también se ha denunciado en todos los tonos, por encima de otras consideraciones, la calidad es la que debe primar, no es en absoluto una solución hacer universal y gratuita una educación mediocre, o que no corresponda a las reales necesidades nacionales de desarrollo. 

Esa reflexión permite concluir que las simples cifras de jóvenes estudiando carreras universitarias, no es un indicador confiable, al igual que la sola observación numérica de los centros de formación técnica o institutos profesionales, ambas cifras deben estar estrechamente vinculadas a las demandas del mundo laboral y las perspectivas de desarrollo en investigación e innovación de cada país.

La advertencia del estudio aludido es perfectamente válida, las realidades, sus fortalezas y debilidades, de cada uno de estos países, determina cuánto de esta profecía podría cumplirse.

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