Editorial

Grandes logros mal repartidos

Por: Diario Concepción 01 de Abril 2017

La salud de los menores de un año es un indicador muy poderoso de la salud de un país. En el nuestro, a inicios del siglo pasado, era catastrófico, la tasa de mortalidad de este grupo alcanzaba a 342 por mil nacidos vivos, entre 1900 y 1950 disminuyó a 153, en dramático contraste con la situación actual, con un riesgo de poco más de siete defunciones de menores de un año, por mil nacidos vivos. 

El recuerdo de esa época terrible, está presente en el Cementerio de los Niños, una zona específica del cementerio general que se ha destinado sólo a niños fallecidos. La realidad del Concepción de antaño era muy distinta a la actual, especialmente en salubridad, de enorme precariedad, sobre todo en las personas más pobres, que eran, como siempre, los más. Las enfermedades que mataban a los niños no eran patologías complejas, sino más bien problemas de salud por infecciones comunes, que ahora son fácilmente controladasy resueltas.

El cementerio de los niños es un testimonio de la fragilidad de éstos y el necesario e indispensable compromiso de la sociedad para cuidarlos, ya que ahora último nacen muchos menos. Por razones diversas ha bajado la natalidad, en consecuencia nuestro país envejece, menos niños y el resto dura mucho más.

También hay informaciones ocultas, los promedios suelen disfrazar la realidad, en algunos sectores de la población las cosas no son tan benignas, delatando la desigualdad del sistema de salud chileno, con "comunas cuyo promedio de mortalidad infantil es como un país anglosajón, desarrollado, y otras comunas donde se comporta como el promedio de los países africanos" concluye una investigación reciente.

No hace falta un nuevo cementerio de niños para darnos por enterados que hay tareas pendientes.

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