Los piratas no tenían nada de agradable, ladrones y asesinos, por lo general muertos de hambre y de susto, ya que si no daban un golpe no obtenían cuartel, razón por la cual, después de un breve tiempo de relativa gloria, fueron exterminados.
Los piratas no tenían nada de agradable, ladrones y asesinos, por lo general muertos de hambre y de susto, ya que si no daban un golpe no obtenían cuartel, razón por la cual, después de un breve tiempo de relativa gloria, fueron exterminados.
Pasado el miedo, se fue tejiendo su leyenda, en baladas y leyendas populares, describiéndolos de modo romántico, como Robin Hoods de los mares, robando a ricos para repartir a los pobres, capitanes elegantes y justicieros, amables con las damas y bastante seductores con las cautivas que por lo general quedaban prendadas para siempre de estas joyitas después de simbólicos y breves capítulos de rebeldía y desprecio.
Invaden el mundo literario, de la mano de Byron, "El Corsario", en 1814, de la pluma de Sir Walter Scott, "El Pirata", en 1821. La Isla del Tesoro en 1883 y Peter Pan en 1911. Sobre todo la novela "La Isla del Tesoro", de Stevenson, alcanzó tanta popularidad, que cambió definitivamente la forma de contemplar a los piratas, de ahí para adelante quedaron unidos a mapas misteriosos conducentes a tesoros incalculables, con líneas de puntos y flechas de dirección, goletas negras, ron, islas tropicales con cocoteros y arena blanca, especiales para banquetes pantagruélicos, hermosas acompañantes y marineros con patas de palo, con loros al hombro y argollas doradas en la oreja, bajo el pañuelo a lunares.
No se parecen para nada a los actuales, que piratean lo que pillan. Estamos en la fase de luchar contra ellos, sobre todo aquellos que son robados de propiedad intelectual y de derechos legítimos, como los anteriores tienen sus escondrijos y guaridas, su navegación es más bien virtual. Habrá que esperar hasta su eliminación para encontrarles el lado novelesco.
PROCOPIO