Editorial

La endemoniada de Santiago

El caso que determina la línea de frontera entre el pasado y el presente en la psiquiatría naciente chilena es el de Carmen Marín, la famosa y nunca bien ponderada "endemoniada de Santiago" a finales del siglo XIX.

Por: Diario Concepción 21 de Marzo 2017

El caso que determina la línea de frontera entre el pasado y el presente en la psiquiatría naciente chilena es el de Carmen Marín, la famosa y nunca bien ponderada "endemoniada de Santiago" a finales del siglo XIX. Los llamados a observar sus alarmantes comportamientos fueron, como correspondía a la época, sacerdotes de cierta edad, con experiencia en asuntos presuntamente diabólicos, que declararon que era una obsesi, poseída por el maligno, en la concepción más pura de teocentrismo medieval. 

Carmen se convulsionaba, insultando en latín, francés y alemán, sólo se tranquiliza cuando le leen pasajes de la biblia de San Juan. El caso provoca gran polémica pública entre los médicos, uno de ellos elabora un diagnóstico basado en la historia clínica que logra reunir, se trata de una niña huérfana, abandonada y recogida en un asilo, de donde sale para ejercer la profesión más antigua del mundo en el puerto de Valparaíso, relacionándose con marinos franceses y alemanes. Aprende latín en un convento donde es acogida luego de una crisis por desilusión amorosa.

Allí intervienen muchos especialistas, entre otros el Dr. Manuel Carmona, quien concluye que la situación más bien se trataba de un trastorno mental, que no había posesión de ninguna especie. El caso inaugura la psiquiatría en Chile, anticipándose a Freud, con la primera explicación sicoanalítica que centra el desquiciamiento en factores psicosociales; amores despechados, culpas y remordimiento, sin intromisiones satánicas.

No se ha sabido de más endemoniadas o endemoniados, más bien se han repartido democráticamente problemas psicológicos varios, ataques de nervios, que tienen ocupadísimos a los sucesores del doctor Carmona.

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