En las últimas semanas se han registrado en el país nuevos casos de violencia contra la mujer. Ayer mismo, se investigaba un posible nuevo caso de femicidio en Santiago, tras el hallazgo de una mujer baleada en el patio de una casa en La Pintana. Estos casos, que lamentablemente se han vuelto cotidianos, nos obligan a reflexionar qué podemos hacer para cortar de raíz con la barbarie, y a no permanecer indiferentes frente a situaciones que podrían terminar en tragedia, si no intervenimos para frenarlos a tiempo.
La campaña nacional #niunamenos, ampliamente difundida y compartida por redes sociales, y que ha movilizado masivas manifestaciones en todos el país, pero que también ha generado un margen de opositores, en un país que aún dista de ser seguro para las mujeres, y donde siguen habiendo toda clase de abusos y diferencias.
Vale la pena recordar a Hipatia, una notable filósofa y matemática que vivió en Alejandría entre el 375 y el 415 de nuestra era. Estudiosa de la geometría, el álgebra y la astronomía. Lamentablemente, a ciertos grupos fanáticos e intolerantes, les pareció ofensivo y antinatural que una mujer cultivara las ciencias y difundiera ideas que no se condecían, las más de las veces, con la fe.
Al final, un grupo de fanáticos se abalanzó sobre ella: la golpearon, la desnudaron y la arrastraron por la ciudad. La atacaron con tejas y piedras hasta descuartizarla, pasearon sus restos como trofeo y finalmente los quemaron en la calle. Así murió una mujer excepcional hace 1600 años. Duele comprobar que, en pleno siglo XXI, sigamos perdiendo mujeres valiosas, a manos de personajes no menos bestiales.
PIGMALIÓN