Es de esperar que no se abra una nueva y amnésica carpeta y que las autoridades que remplacen a las actuales compartan con ellas la visión de futuro para continuar con la construcción de este postergado complejo fronterizo.
Se ha tenido esta posibilidad por tanto tiempo que parece iluso insistir, pero a veces la gota perfora las rocas, el Paso Pichachén, la promesa desplazada por antonomasia, desde su propuesta y cálculos preliminares de Luis de la Cruz en 1806. Con el epígrafe; "Viaje a su costa del Alcalde Provincial del M.I. Cabildo de Concepción de Chile Don Luis de la Cruz desde el Fuerte de Ballenar, frontera de la Concepción por tierras desconocidas y habitada de indios bárbaros hasta la ciudad de Buenos Aires", este explorador describe, en un detallado mapa, el recorrido en cuestión, desde el fuerte mencionado, que corresponde al paso de Antuco.
La larga historia, la extensa lista de iniciativas desde ambos lados de la cordillera, la repetida mención a las ventajas de un vínculo carretero de nuestra región con la Patagonia argentina, incluyendo un intento de ferrocarril interoceánico, iniciado a principios del siglo pasado, no han sido suficientes para salir de la condición de posibilidad para un futuro por definir.
En contraste, después de las consabidas postergaciones de cualquier proyecto que esté lejos de la capital, se dio el primer paso para la construcción del túnel internacional Agua Negra y unir la provincia de San Juan y la Región de Coquimbo, luego que el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, sostuviera que durante el próximo semestre de 2017 la megaobra internacional será licitada.
Con argumentos levantados hace un par de siglos para Pichachén, el ministro expresa que "esta obra más grande de integración en el Cono Sur, y por lo tanto, nos lanzamos a ello, a una obra que va a durar varios años", anuncio en el marco de la VIII Reunión Binacional de Ministros de Chile y Argentina, efectuada en Buenos Aires, y encabezada por el Mandatario anfitrión, Mauricio Macri, y la Presidenta Michelle Bachelet.
Mientras tanto, en nuestra zona, seguramente en total desconocimiento de los grandes medios nacionales, hace dos meses que se encuentra funcionando, el paso Pichachén, en el sector Los Barros de la comuna de Antuco y a unos 25 kilómetros de la frontera con Argentina. Desde el departamento de Extranjería y Policía Internacional de la PDI de Los Ángeles, se informa que al 10 de diciembre 1.535 visitantes han cruzado por el paso, lo que se atribuye a las mejoras que ha tenido el camino para acceder al paso fronterizo.
La buena noticia es que ya está en curso un estudio de prefactibilidad para determinar cuál va a ser el trazado del camino y determinar sus costos. El informe debería estar terminando a fines de 2017, el seremi de Obras Públicas, René Carvajal, declara que a la fecha se han invertido más de 3 mil millones de pesos en mantención de caminos, lo que incluye el tramo pavimentado y los 55 kilómetros restantes de tierra, más dos puentes ya construidos, posibilitando el uso por cualquier tipo de vehículo.
Es este otro capítulo de este proyecto histórico, con el resguardo de un cambio de gobierno a relativo corto plazo, es de esperar que no se abra una nueva y amnésica carpeta y que las autoridades que remplacen a las actuales compartan con ellas la visión de futuro para continuar con la construcción de este nuevo complejo fronterizo, con oportunidades de desarrollo tanto económico como cultual y turístico para las regiones a ambos lados de esta cordillera que a veces nos une y las más, nos separa.