Editorial

El ambiente en que la sociedad chilena está viviendo la Navidad

A pesar de todas las circunstancias presentes, lo que debe estar claro es que nuestro país está perfectamente vivo y operativo, sus fuerzas sociales íntegras y comprometidas. No es la sociedad abúlica de la cual se puede impunemente abusar.

Por: Diario Concepción 25 de Diciembre 2016

Agarabatos, piedrazos y declaraciones desatinadas se empieza a cerrar el año, el espíritu de la Navidad no ha sido lo suficientemente poderoso para calmar los ánimos y tranquilizar los espíritus.

Como una pincelada más se muestra a una sociedad cada vez más desilusionada, la última estafa, no la final, solo la última, relativa a la colusión de los pañales, lo que deja la puerta abierta para la posibilidad de descubrir otros asuntos turbios. Parece que basta con buscar, ya que las autoridades, con organismos muy bien remunerados, están con la mirada puesta en dirección contraria, en algún lugar idílico, donde todo marcha como es debido, donde nadie roba, nadie engaña, todos trabajan y hasta el último hombre y la última mujer luchan por el engrandecimiento de la Patria.

Ese es un escenario, por otra parte está la ciudadanía, tratando de estar a la altura de las circunstancias, haciendo un esfuerzo para, al menos por un momento, mirar en otra dirección, lo que parece ser la actitud más recomendable. El comportamiento de los políticos de siempre no trae ni una sola imagen que valga la pena recordar, las señales equívocas, las frases escogidas con cuidado y las ceremonias de autocomplacencia. Parece recomendable volcar los esfuerzos y la atención al entorno inmediato y atender a los sueños de la familia y de los menores, y hacer del hogar el refugio para la tranquilidad y alegría.

Contra los agoreros de todos los días, las cifras que muestran en qué están ocupados los chilenos en estas fechas pueden ser indicativas; el comercio minorista que lleva declarado un modesto, pero reconfortante aumento de ventas de 1.5%. La Cámara Nacional de Comercio que registra un aumento de 14.5% en las compras con tarjetas de crédito en el extranjero, las ventas de comidas rápidas que crecen un 3.4%. En resumen, se ha calculado que la familia chilena gastará un promedio de $298.600 esta navidad, con todos los resguardos propios de la injusticia del promedio.

Como es tradicional, hay advertencias de carabineros para cuidar la seguridad y los bienes de aquellos que aprovechan las aglomeraciones para hacer su propia industria y de la falsificación de productos, sobre todo juguetes para los niños, por otros de mala calidad y eventualmente peligrosos. Son más baratos, pero a la larga pueden resultar más caros.

Así vive Chile esta navidad, en medio de preocupaciones e intranquilidades, con conflictos presentes y por resolver, con los jóvenes enfrentando sus destinos en consecuencia a sus esfuerzos, al haber rendido la PSU, de cara a su futuro próximo, esta vez sin ambigüedades, se trata del resto de la vida fuertemente condicionado al resultado de estas decisiones.

En esta muy esperada fecha, se suele hacer un recuento previo de acontecimientos propios y ajenos en el seno de las familias. A pesar de todas las circunstancias actualmente presentes, lo que debe estar claro es que nuestro país está perfectamente vivo y operativo, sus fuerzas sociales íntegras y comprometidas, no es la sociedad abúlica de la cual se puede impunemente abusar, sino un cuerpo social alerta y reactivo, apto para asumir las tareas de un progreso mayor. Es una fecha para desear felicidad a las familias de Chile y renovar la esperanza de una Patria mejor. 
 

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