El matonaje o bullying es una conducta agresiva repetitiva que busca dañar o incomodar a otra persona, basada en un desbalance de poder, con consecuencias psicológicas y sociales negativas para la vida de niños y adolescentes.
La violencia escolar es parte de esa serie de graves problemas que no afectan a todo el universo, sino solo a un segmento y, en consecuencia, corren el peligro constante de ser olvidados y dejados confortablemente debajo de la alfombra. El tipo de problemas que la sociedad opta por ignorar, con el razonamiento falaz de no ser un asunto que les ataña.
El problema es que para los que sufren esos problemas no es tan fácil hacer como que si no existieran, en efecto, si el parámetro a utilizar fueran las denuncias, que no suelen mostrar todo el cuadro, es posible concluir que este fenómeno tiene dimensiones preocupantes, al mostrar que el género masculino es el que más sufre este tipo de prácticas con un 65,2%, versus el femenino, con un 34%, relacionado con la edad, así, entre los 6 a los 9 años, los más afectados son hombres y, entre los 14 y 18 años, las mujeres.
Por nivel educativo, la Enseñanza Básica concentra el 63,9% de las denuncias, seguida de la Enseñanza Media (20,7%), Educación Parvulario (13,3%) y Educación Especial (2%). Un desglose por cursos indica que el Primero Básico es el que presenta el nivel más alto de denuncias de todos los años de escolaridad, con un 17,2%, aunque lo sigue de cerca el Segundo Básico, con un 12,4%.
El matonaje o bullying es una conducta agresiva repetitiva que busca dañar o incomodar a otra persona, basada en un desbalance de poder, con consecuencias psicológicas y sociales negativas para la vida de niños y adolescentes. Es un problema universal, la prevalencia en 11 países europeos fue 20,6% con un rango de 10,5% a 29,6%8. En Chile, las cifras van en aumento de 11% en 2007 a 14,5% en 2009.
En estudiantes entre 5° básico y cuarto medio, los hombres tuvieron mayores promedios en la escala de víctimas y victimarios que las mujeres, según una publicación de la Revista Médica de Chile de junio del año pasado. En otros estudios internacionales, se ha estimado que un 62% de los escolares de cuarto básico reconoció ser víctima de bullying. El 31% lo sufre casi todas las semanas, lo que ubica a Chile quinto entre los países con peores índices de violencia escolar, detrás de Tailandia, Qatar, Bahrein y Marruecos, mostrando parecidas tasas que Nueva Zelandia, Omán y Emiratos Árabes.
Es esta una realidad que puede mejorarse, en sentido contrario lo usual, que castiga y reprime, incluyendo la marginación de los agresores, la investigación práctica indica cambios positivos notables cuando se fomenta el vínculo entre docentes y alumnos para disminuir los conflictos dentro del aula, una idea que muestra considerable evidencia científica.
En un informe reciente del Centro de Investigación de la Violencia de la Universidad de Cambridge, en conjunto con las universidades de Zurich y Toronto, las relaciones positivas con los profesores demuestran tener potencial para reducir el comportamiento agresivo de los estudiantes hacia sus pares.
Como era dable pensar, de nuevo se hace evidente el papel crítico del profesor, como se evidencia en el exitoso programa de un colegio capitalino, en el cual alumnos desde el nivel pre básico a 4°medio van algunos días hasta la cocina del recinto, con la tarea de preparar pan amasado con algunos de sus profesores.
Superficialmente parece demasiado simple, pero en el fondo, las relaciones humanas positivas se basan en muchos y a veces imperceptibles pequeños gestos.