Editorial

Sobre la encuesta de caracterización socioeconómica nacional

Ante la envergadura de las demandas y su diversidad, la ciudadanía tiene que hacerse parte. El ciudadano debe encontrar su papel para construir una mejor ciudad, desde la simple consulta, a su compromiso material en recursos y tiempo para tareas de común beneficio.

Por: Diario Concepción 12 de Octubre 2016

Ante una realidad difícil de interpretar para el común de la ciudadanía, saber si el país progresa lento, se ha detenido o se cae a pedazos, depende en parte del color del cristal del observador, o su grado de compromiso político, más el particular matiz que suele depender de las características individuales. 

Por eso es conveniente examinar datos duros, cifras que entregan las observaciones más pertinentes. Saber entonces hasta dónde es posible confiar de los resultados de la aplicación de instrumentos lo más objetivos posible, como podría ser la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) del Ministerio de Desarrollo Social. Una prospección que se realiza en los hogares y toma una amplitud de aspectos como educación, trabajo, ingresos, salud, entre otros, que incluye a todo el espectro de la población del país, con el fin de medir el bienestar material de los hogares y a partir de ahí saber cómo marcha la distribución del ingreso, el acceso a servicios sociales y el combate a la pobreza.

Este estudio cubrió el lapso noviembre de 2015 a enero 2016, en un total de 83.887 hogares de 324 comunas de las 15 regiones del país, recolectando información sobre 266.968 personas. Como referencia se añade que en el estudio anterior, correspondiente al año 2013, se entrevistó 66.725 hogares, con 218.491 integrantes.

Haciendo de los resultados una apretada síntesis, la pobreza sigue una tendencia de sostenida disminución, que puede ser confirmada por mediciones realizadas según ingresos y registrando otras dimensiones. La pobreza en Chile medida por ingresos, alcanza un 14,4%, unos 2,5 millones de chilenos, mientras que desde el punto de vista de la "pobreza multidimensional" – que mide educación, salud, trabajo y seguridad social y vivienda- llega hasta el 20,4%. Según la ministra de la cartera, si se desagrega a los chilenos que se encuentran en una situación de pobreza por ingresos y multidimensional, el porcentaje llega al 5,5%.

El otro indicador relevante, aunque no demasiado satisfactorio, es la persistencia de un patrón de marcada desigualdad, aunque con una leve disminución. Según el coeficiente de Gini, es en las situaciones de pobreza multidimensional donde están las personas que forman parte de hogares que no logran alcanzar condiciones adecuadas de vida en un conjunto de las dimensiones relevantes del bienestar de la población.

En términos territoriales, los indicadores varían entre las diferentes regiones y en estas son igualmente diversas en diferentes localidades. En la Región del Bío Bío, los porcentajes más bajos de pobreza multidimensional se encuentran en Arauco y Talcahuano, 9.5 y 11.4, respectivamente. Mientras que las más altas se observan en Cañete, 31.4; Lebu 29.4 y Laja, 24.3. La comuna de Concepción tiene un 13.4 por ciento de su población en este nivel, siendo la media regional de 17.2, más baja que el 19.1 nacional. 

La creación y distribución de la riqueza son tareas titánicas y permanentes, los factores que operan son sensibles al error o al capricho, es una tarea que no puede ser instrumentalizada con fines políticos, sino un compromiso de los gobiernos parar seguir en el esfuerzo de lograr equidad en el bienestar de todos los chilenos.

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