Editorial

El creciente mercado del café

Este jueves se celebró el Día Internacional del Café, una instancia que curiosamente nació en Japón en1983, pero que recién en 2005 cobró una dimensión global, cuando se comenzó a promover desde Estados Unidos la idea de una celebración anual.

Por: Diario Concepción 01 de Octubre 2016

Este jueves se celebró el Día Internacional del Café, una instancia que curiosamente nació en Japón en1983, pero que recién en 2005 cobró una dimensión global, cuando se comenzó a promover desde Estados Unidos la idea de una celebración anual.

En este marco, se promueve un sinfín de iniciativas, como el reconocimiento de la ardua labor de los productores del grano, el comercio justo y los estándares de calidad.

Antes de seguir, es bueno conocer algunos datos globales: la planta, originaria de Etiopía, se cultiva principalmente en países tropicales y subtropicales. Brasil concentra poco más de un tercio de la producción mundial.

Durante el periodo 2012-2013 se produjeron 8,7 millones de toneladas de grano, de las cuales se exportó aproximadamente un 80% por un valor de US$ 19.100 millones de dólares, mientras que el valor bruto de la industria total asociada al comercio del café se estima en US$173.400 millones. Actualmente, más de 25 millones de fincas familiares en unos ochenta países cultivan alrededor de 15 mil millones de cafetos, cuya producción termina en los 2.250 millones de tazas de café que se consumen a diario.

Si bien Chile, y en particular Concepción, no tienen una cultura muy arraigada del café (o específicamente del café de grano, el "verdadero", como afirman los entendidos), es evidente que la última década ha habido un aumento explosivo de oferta y de demanda, que se visibiliza no sólo en las góndolas de las grandes cadenas de supermercados, sino también en los númerosos emprendimientos que se han abierto en nuestra ciudad de locales específicos para la venta de café en grano y molido, recién tostado o en sus diversas preparaciones. Una oferta para un consumidor informado y cada vez más refinado en cuanto a su elección de consumo, en una ciudad en la que hace 15 años costaba encontrar un local que ofreciera más que un café en tarro. 

Por el momento, los emprendedores pueden estar tranquilos, porque la mayor oferta ha ido a la par con una creciente fidelización de nuevos cafeteros, que no están dispuestos a dar un paso atrás y dejar de lado el gusto adquirido.

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